Empieza la era Benítez y lo hace con pocas novedades. Este verano, de momento, el club ha cambiado más el cuerpo médico que la plantilla. Sólo hay un fichaje presente en Australia (Danilo) y tres repescados (Lucas Vázquez, Casemiro y Cheryshev) a falta de la inminente llegada del cuarto, Kiko Casilla.
Aún así el técnico está ilusionado porque va a entrenar al equipo de sus sueños. Y su discurso convence. Creció en La Fábrica y, a falta de fichajes, está convencido de que los chavales le pueden dar competitividad. El Roma será una buena prueba para los chicos. Ya saben, el 4-3-3 es cosa del pasado y con el 4-2-3-1 Bale juega tras el punta. Donde quiere. Si le pasan el balón, no tiene excusas. Creemos.
Otro que vuelve a sentir el calor del debate será Keylor. El meta llegó a la pretemporada con poca competencia y suspiraba: “Pura vida”. La salida de Iker dejó así la portería. Ahora Casilla aprieta, aunque, de momento, a 17.000 kilómetros. El tico estrena la nueva competencia frente al fusil de una leyenda de 38 años: Totti. El segundo símbolo de Roma tras el Coliseo es el ejemplo vivo de que, con ciertos futbolistas, los clubes deberían tener un trato diferente y no mirar los números sino el factor sentimental.
Expectación. Todo este panorama blanco se da cita en Melbourne, la capital del deporte de un país donde el rey no es el fútbol. Aquí por delante tiene al fútbol australiano, cricket, rugby league, rugby union… Pero el Madrid ha conseguido despertar interés en la heterogénea sociedad australiana. Ayer 10.000 personas acudieron al entrenamiento y hoy se calculan que habrá 80.000 personas (caben 100.000) en el ‘G’ como le conoce aquí la gente. Por si acaso, para terminar de convencer a los aussies más indecisos, Cristiano pateó el balón del fútbol del lugar. Marcó. Eso sigue igual. A Benítez siempre le quedará el portugués. Hoy arranca con él.