La belleza del Open Británico es que el campo cambia de un día a otro”, decía Sergio García. Y ayer Saint Andrews vivió varias mutaciones. Por la mañana, lluvia torrencial, luego sol y al anochecer, viento y frío. “Un día escocés” de los que pedía Jordan Spieth, que no acabó su discreta vuelta (par) por falta de luz. Escocia es más fría que Texas y el prodigio Spieth, abrigado hasta arriba, lo notó. Está en -5 y con cinco hoyos que jugará hoy desde las 8:00 horas (después llegará la tercera vuelta).
En la misma situación está su compañero de partido Dustin Johnson que sí se sobrepuso al frío y la penumbra. DJ siguió fiel a su estilo. Cañonazos y oportunidades de birdie a raudales (hizo cuatro) hasta que cayó la noche. Un bogey dejó escapar y le valió para irse a la cama líder con -10 tras 13 hoyos.
El que aprovechó el sol de la mañana fue el inglés Danny Willett, más acostumbrado a las vicisitudes climáticas de Gran Bretaña, que no se creía tan brillante resultado (-9). “Ir tan arriba es un sueño de la infancia. Es algo surrealista, aunque tuve la fortuna de jugar sin lluvia”, contó. Tampoco su familia apostaba fuerte por él: “Recibí un mensaje de mi madre que decía: ‘Enhorabuena, pasaste el corte”. Se lo envió cuando encabezaba el major.
A Sergio García le tocó bregar con la incómoda tarde y se fue a dormir con -3 (el corte estaba en par). Estará el fin de semana Rafa Cabrera Bello (par) y dijeron adiós Pablo Larrazábal (+1) y Miguel Ángel Jiménez (+4). También Tiger Woods se irá a casa, aunque tenía siete hoyos pendientes (iba en +5). Las luces se apagaron con la despedida de Tom Watson, el héroe del Duelo al Sol con Nicklaus y con cinco British en casa, que jugó sus últimos 18 hoyos. Se va un mito del golf y un gentleman.