No tienen la calidad de los All Blacks, pero cuando dos equipos que están un escalón por debajo se baten con tanta igualdad y emoción resulta tan vistoso (o más) sentarse a ver un partido entre Australia y Sudáfrica. Sobre todo si incluye remontada y tinte épico. Los Wallabies vencieron con un ensayo de Kuridrani una vez que el tiempo ya estaba sobrepasado (en el 81'), para colmo hicieron falta un buen puñado de tomas hasta comprobar como una vez placado posó la punta del balón de forma mínima pero suficiente entre una maraña de fornidos brazos sudafricanos. Australia perdía 10-20 en el 73' y menos de diez minutos después acabó ganando 24-20 ante su afición. Los Springboks se complicaron la vida, dominaban el marcador y dio la sensación como si dieran un paso atrás con el ensayo de Kriel y el 7-20 con 35 minutos por jugarse. Sudáfrica quiso matar a la contra viendo que los errores de Australia a la mano eran continuos pero al final el empeño del cuadro de Cheika acabó por imponerse. Si Australia lima esos errores dará un gran paso si además afina a Quade Cooper, da aún más galones a Giteau y Folau sigue jugando a este nivel.
El encuentro comenzó con mucha intensidad y descaro por ambos bandos, decididos a irse al ataque, sin embargo no hubo ensayos. Ambos vieron como a escasos centímetros de la casa rival o bien el balón se escapaba en forma de avant o era pescado por la defensa enemiga. Un par de pateos de Pollard colocaban a Sudáfrica con 0-6, un marcador que no reflejaba la intención de ambos. Sin embargo Ashley-Cooper, un clásico a la hora de ensayar, posó en el 34' aprovechando una buena combinación local y ponía por delante a Australia. El estadio de Brisbane disfrutaba, aunque duró poco porque Etzebeth ensayó en una esquina antes del descanso para que los Boks se colocaran 7-13.
Una buena combinación de Kriel nada más empezar la segunda mitad hacía presagiar lo peor para Australia. Sudáfrica, fiera como siempre, ganaba por 7-20. Pero faltó ambición para matar, o la jugada de Meyer salió mal. Aguantar y golpear en un contragolpe. Aguantaron 20 minutos. Quade Cooper redujo diferencias pese a fallar pateos importantes y arriesgar en exceso a la mano para el 10-20... aunque el golpe definitivo llegó en el 74' cuando Hooper, tras varios intentos de colar a la melé 'aussie' en la zona de Sudáfrica, pudo posar. El rival ya estaba a tiro de piedra. En el 77' y con un buen penalti centrado (aunque lejano) el capitán Moore pidió palos y Giteau, la estrella recuperada, se quedó corto. Habían amarrado, querían sumar al menos los dos puntos del empate, no podían permitirse el 17-20. Sin embargo el destino les dio otra oportunidad. A escasos segundos para el final otro penalti, más cercano. Pero esta vez, con acierto, fueron al todo o nada. Balón a la touche y a empujar con toda Australia detrás de Pocock en cada maul. Se hizo de rogar pero Kuridrani encontró una grieta en el 81' entre una maraña de sudafricanos. Posó, e hicieron falta una decena de repeticiones de vídeo. No cabía más emoción. La moneda cayó del lado de Australia y los Boks tendrán que contentarse con el punto defensivo. No son tan vistosos como los detalles que dejan los All Blacks pero partidos así acrecentan también este deporte. Nueva Zelanda es líder con 5 puntos tras la primera de las tres jornadas. El próximo fin de semana más: Sudáfrica-Nueva Zelanda y Argentina-Australia.