El primer ensayo de la era Benítez con rival arrojó las primeras pistas de cómo será su proyecto: la principal es que Bale tendrá la batuta del equipo en el ataque. El técnico lleva ensayando con el galés como enganche desde que el equipo aterrizó en Melbourne para iniciar la gira (el 11 madridista le transmitió en verano al club a través de su agente que quería jugar ahí) y contra el Roma le otorgó libertad total de movimientos.
Durante los 55 minutos que tuvo, Bale recibió en la mediapunta, se dejó caer en varias ocasiones a la banda derecha aprovechándose de que Odegaard era quien estaba ahí y buscó el gol con ahínco en cuanto Jesé dejó un hueco libre en la punta de lanza. De hecho, fue el futbolista de ambos equipos que más veces chutó (tres) y hasta se atrevió con una chilena.
Un aumento de los galones dados a Bale que contrastó con la pérdida de influencia de Cristiano, muy limitado en la banda izquierda. El portugués, sustituido en el descanso (jugó 10’ menos que Bale) ni siquiera disparó una sola vez. Visiblemente a disgusto, no tuvo su día y perdió tres balones por malos controles en ocasiones de gol.
Cambio. El portugués se vio encajonado y sólo pudo ‘liberarse’ durante cinco minutos, los que fueron del 20’ al 25’, en los que Jesé le cambió la posición y pudo ejercer de nueve antes de volver a retomar el dibujo establecido por Benítez. Cristiano no pudo ocultar su frustración y se le vio reprocharle a Bale que no le pasara el balón en el 26’ cuando enfilaba la portería y el británico prefirió jugarse el disparo. El próximo partido será el próximo viernes día 24 contra el City y el reto de Benítez será lograr armonizar el nuevo papel que le ha dado a Bale sin restarle protagonismo a Cristiano...
Las claves del partido
Despistes a balón parado. El Madrid cambia de técnico pero sigue sufriendo lo indecible en las jugadas de estrategia. En el primer córner (3’) del duelo, De Rossi ya remató solo al travesaño...
Más compactos al defender. Benítez ha trabajado la presión en Australia. Cuando el equipo perdió el balón se transformó en un 4-4-2 con Jesé y Bale presionando la salida del rival.
Con extremos veloces. En la segunda mitad, probó con dos extremos a pierna buena, Cheryshev en la izquierda y Lucas Vázquez por la derecha. El técnico quiere explotar este recurso.
La bisoñez de Odegaard. El noruego actuó en banda derecha y no ofreció profundidad. Bale fue quien penetró por su zona. Sólo ofreció dos centros a pierna cambiada sin encontrar rematador. Se le vio verde.
Kroos y Modric, separados. Benítez no probó aún la presumible dupla de mediocentros titulares. Le dio la primera parte a Modric, que dejó su lugar en el descanso a Kroos.
Illarramendi, perdido. Fue la pareja de Modric y de nuevo se vio superado. Hizo tres faltas (el que más) y casi cometió penalti a Gervinho. Keylor evitó que marcase en propia puerta.