Chile y México igualaron 3-3 en la segunda fecha del Grupo A de la Copa América y más allá de los bien o mal que pudo jugar la Roja, el Estadio Nacional fue testigo de varias situaciones anecdóticas. A continuación, todo lo que no se vio de la vibrante igualdad vivida en Ñuñoa.
Vidal festejó el tercer gol con un hincha: Minuto 54 del partido. Arturo Vidal se paró frente a la pelota para ejecutar el penal. ‘Celia’ no falló y Chile se puso 3-2 arriba en el marcador.
La euforia fue total, al punto que un hincha logró traspasar todos los cercos de seguridad y se metió hasta la misma cancha a festejar el gol con los jugadores que llegaron donde el volante de la Juventus.
El Rey Arturo, lejos de molestarse, abrazó al fanático y celebró junto a él la conquista que a esa altura ponía en ventaja a la Roja.
Sampaoli casi se come al guardalíneas: La guerra de goles ya estaba declarada y la Roja buscaba el cuarto festejo que nuevamente la pusiera arriba en el marcador. Chile parecía lograrlo con un gol de Alexis Sánchez pero el asistente que corría por la preferencial anuló la conquista. Poco antes había ocurrido lo mismo con un tanto de Jorge Valdivia.
Al ver la situación Jorge Sampaoli corrió vuelto loco al lado de César Escano, el línea que levantó la bandera. Los gritos de alegato del casildense se escucharon hasta Avenida Grecia.
¡Puto!: Un clásico de los partidos en la liga mexicana se vivió anoche en el Estadio Nacional. Cada vez que Claudio Bravo sacaba desde su arco los casi 3.000 fanáticos aztecas que llegaron hasta Ñuñoa gritaban al unísono “¡puto!”.
Los fanáticos de la Roja, para no ser menos, respondieron y cuando el arquero del Tri José Corona efectuaba los saques de fondo hacían lo mismo. Al ser mayoría, el improperio se oía con más fuerza.
Matías lo vio en la tribuna: Luego de la Roja que vio en el debut ante Ecuador, Matías Fernández era la única baja que tenía la selección chilena para este compromiso. Por eso, ni siquiera podía sentarse en el banco de suplentes.
Así las cosas, cerca de 15 minutos antes de empezar el compromiso y vestido con el buzo oficial de la selección, el volante de la Fiorentina subió por las escaleras de la tribuna marquesina como cualquier hincha y se sentó en uno de los palcos.
El fair play de los hinchas: Impulsado por la Fundación Fútbol +, el llamado a los asistentes es a no pifiar el himno de los rivales de la Roja. Ya en el debut tuvo éxito y anoche ante México la medida nuevamente surtió efecto: Levantando una tarjeta verde en señal de respeto, la canción nacional azteca se escuchó fuerte y claro en Ñuñoa.
45.000 y un poco más: Muy distinto a lo que ocurrió en la victoria de Bolivia ante Ecuador, donde las tribunas se veían vacías en muchos sectores, hasta el Estadio Nacional llegaron miles de fanáticos.
De hecho, en total fueron 45.583 espectadores controlados, sin contar a los medios acreditados ni voluntarios de la organización.