El gol de visita que marcó Tigres en la ida ante Inter de Porto Alegre dejó con vida a los mexicanos, pero pocos esperaron el resultado final de la llave. Con una actuación magistral, los felinos ganaron 3-1 la revancha para pasar a la final de la Copa Libertadores.
Aunque le costó tener el control total de la pelota, el equipo de Ferretti siempre tuvo más ambición para buscar el arco rival, considerando que debían remontar un 1-2.
Charles Aránguiz y compañía sucumbieron ante la potencia de los dueños de casa que abrieron a los cuenta a los 17' gracias a una de sus figuras, el francés Gignac que definió con un gran cabezazo.
Así se vino abajo el ánimo de los brasileños que nunca pudieron reaccionar. El segundo tanto local reflejó el desconcierto de la visita: Pase largo de Torres y Geferson en su afán de despejar de zurda, se la clavó en su propio arco a Allison.
El duelo seguía abierto al comenzar el complemento ya que con un tanto el Inter forzaría los penales y la ilusión creció luego que Alisson le tapara un penal al ex Inter, Rafael Sobis, a los 50'.
Pero ni siquiera eso le sirvió de impulso al elenco brasileño y todo quedó cerrado a los 55' tras gran jugada personal de Damm, que metió un centro al corazón del área chica que empalmó de palomita Arévalo Ríos.
La única luz de esperanza llegó a los 88 minutos con el descuento de López, que los puso a un gol de la clasificación, pero fue demasiado tarde para un milagro.
Fue un trabajo brillante de Tigres, que dejó sin chances a Charles Aránguiz de tener a un chileno en la final de Copa Libertadores. Ahora los mexicanos definirán el título ante River Plate.