Romain Bardet, sexto en el Tour del año pasado, dio la segunda alegría al ciclismo francés en la actual edición, al imponerse en la 18ª etapa y segunda de los Alpes, en Saint Jean de Maurienne. Sólo su compañero del Ag2R Alexis Vuillermoz había rendido honores al país anfitrión en el Mûr de Bretagne. En segunda posición entró otro francés: Pierre Rolland, del Europcar. Los favoritos se movieron en el Glandon, especialmente un orgulloso Alberto Contador. También Vincenzo Nibali y Nairo Quintana. Pero finalmente su fusionaron todos en el descenso del coloso alpino. Chris Froome resta un día menos al calendario, enfundado en el maillot amarillo. Faltan los finales en La Toussuire (viernes) y el Alpe d’Huez (sábado). La traca final.
Contador se presentó en la salida con una ligera cojera, por la caída del miércoles, y crítico con la actitud del Movistar, que controló su arrancada el día anterior a 70 kilómetros de la llegada, en lugar de darle continuidad para dañar a Froome. A pesar de los dolores y las magulladuras, el ‘Pistolero’ volvió a sacar este jueves su orgullo de campeón y atacó en el Glandon, que se coronaba a 39 km de Saint Jean de Maurienne. Llegó a tener 35 segundos de ventaja, aunque al final holló el puerto con 15”. Nadie puede negar que Contador es un valiente.
El ataque de Contador provocó un polvorín que encendió a varios gallos. Primero saltó Vincenzo Nibali, por dos veces. Luego lo hizo Nairo Quintana. Froome resistía como buenamente podía, pero Alejandro Valverde sufría. En el descenso, ya no paró nadie. Nibali, otro campeón con casta, tomó la cabeza. Contador fue neutralizado. Por detrás, Valverde apuraba en cada curva para enlazar también. Todos volvían a estar juntos, pero el Tour había vibrado.
Por delante, Romain Bardet, que integraba la escapada, había coronado el Glandon en solitario. Los franceses buscaban un triunfo con ahínco: sólo Vuillermoz había logrado ganar en la presente edición, en el Mûr de Bretagne. Con un recorrido muy montañoso, los anfitriones auguraban un Tour favorable, después de haber colocado a dos corredores en el podio de 2014: Péraud y Pinot. No ha sido así. Al contrario, el primer francés en la general es el propio Bardet, en la décima plaza, y Warren Barguil ocupa la undécima.
Purito Rodríguez se había metido otra vez en la fuga principal, que llegó a formarse con 29 ciclistas, y puntuó en cabeza en los cinco primeros puertos, pero ya no tuvo fuelle en el Glandon. Castroviejo y Plaza también se colaron en la aventura del día, además de ilustres como Pinot, Dan Martin, Arredondo, De Gendt, Kreuziger, Talansky, Voeckler… Cantidad y calidad. Purito y Bardet coparon las cotas del día y empatan a puntos al frente de la clasificación de la Montaña, aunque el maillot a lunares recayó en el catalán.
Después del Glandon se estrenó el original Lacets de Montvernier: 3,4 kilómetros al 8,2% de pendiente media, por una carretera que se adhería al monte en zigzag. Un total de 17 lazos escarpados, a los que no tuvo acceso el público, que se coronaban a 10 kilómetros de la meta. Las imágenes de televisión eran espectaculares. Belleza extrema en el Tour.
Bardet pasó primero por la cima, con 40 segundos sobre sus perseguidores: el malherido Fuglsang (hizo el afilador con una moto en el Glandon), Rolland, Anacona y Jungels. Si no cometía errores en la bajada, la victoria era suya. Y así fue. El grupo de favoritos tampoco se deshizo sobre los lazos de Montvernier. Hubo momentos en los que Froome parecía sufrir… Parecía... Pero ahí sigue, sin ceder un ápice.