Aunque no le gusta reconocerlo, Marcelo Bielsa impuso un estilo para dirigir que hizo escuela. Sus métodos de trabajo en entrenamientos y la idea futbolística que tienen sus equipos en los campos de fútbol son replicados por seleccionadores y técnicos de clubes. Jorge Sampaoli campeón de la Copa América con Chile es un confeso seguidor de su doctrina táctica; lo mismo que Gerardo Martino de Argentina quien fue dirigido por él en los noventa.
La lista es larga y este domingo en Bogotá, dos de sus pupilos cercanos se enfrentarán entre sí por la tercera fecha de la Liga Águila. Ricardo Lunari de Millonarios y Javier Torrente de Once Caldas siguen al pie de la letra el manual “Bielsista” que pide presión alta para sostener la liturgia de Marcelo: la propuesta ofensiva por encima de todo; intensidad y recuperación de pelota como la base.
Conexión Lunari
Ricardo Lunari conoce a Bielsa desde su época en inferiores de Newell’s Old Boys. Recuerda que fue su entrenador en la cuarta división cuando tenía 16 años y llevó ese proceso con los mismos jugadores hasta 1992 cuando salieron campeones de la primera división. Como jugador repasa las anécdotas que dan cuenta de la personalidad del técnico argentino, del que se apropió conceptos que aplica en sus primeras experiencias desde el banco.
“El ir al frente. Es lo que más nos pesa, la locura por el ataque, por ir a buscar siempre el arco contrario. Claro que ese Newell’s también se preocupaba por el tema defensivo. Acá de a poco voy logrando eso con los muchachos”, dijo ya como técnico de Millonarios sobre la máxima enseñanza del DT.
Aunque en su trayectoria desde la línea ha tenido poco contacto con su mentor, lleva más allá la filosofía de Bielsa. En el comienzo del torneo anterior descuidó la marca en el medio campo para sumar hombres de ataque. Una cadena de resultados adversos lo hizo ajustar el esquema. Puso a Rafael Robayo como complemento de Fabián Vargas y David Silva y Millonarios lució más equilibrado.
“Siempre dije que no traicionaría mi estilo, por eso hoy volví a mi idea de juego, a lo que me gusta”, infló el pecho tras una goleada ante Pasto.
Conexión Torrente
Javier Torrente se unió muy joven como asistente de Marcelo Bielsa. Comparte de su cuerpo técnico dirigió a Ricardo Lunari en Newell´s Old Boys. Después de 10 años a su lado tomó camino propio y dirigió en Paraguay, Chile y Argentina. Se reencontró con su maestro en el Olympique de Marsella en donde le rinden culto por su tarea en la temporada pasada.
"Diez años al lado de Bielsa te dan un aprendizaje infinito", le dijo al Diario Olé en 2009. "Mi propuesta es ofensiva, a veces se puede llevar a cabo, a veces no. No resignamos nada, miramos el arco contrario y buscamos ser eficaces, con buena tenencia de pelota”, agregó.
Con Once Caldas arregló a fines de mayo. De entrada dejó claro sus postulados. Con poco tiempo de trabajo, en el debut de la Liga ante el Independiente Medellín en el Atanasio Girardot su equipo mostró sus rasgos. Atacó con amplitud, sobre todo por el costado derecho con Piedrahíta y Salazar que recorrió su banda en ataque y defensa. Los defensores apretaron con movimientos coordinados y evitaron que los atacantes quedaran con opción de remate frente al arco.
Lunari, le dijo a AS Colombia que se trata de un entrenador que "sabe mucho de fútbol, es apasionado impulsivo como ya lo habrán visto (risas), comulga mucho con las ideas de Marcelo. Seguramente cuando logre armar y consolidar su equipo, será muy agresivo como le gusta a él"
En dos meses de trabajo, el equipo de Manizales comienza a asimilar la doctrina. Jugar rápido, que los hombres de ataque taponen la salida de los laterales.
Lunari vs. Torrente
El clásico de la tercera jornada les corresponde. Millonarios tiene un punto en el único partido que disputó ante Pasto, mientras que Once Caldas tiene dos empates ante el subcampeón DIM y el Junior.
El técnico de Millonarios dice que tiene una relación cordial con Torrente y anticipó en AS lo que espera del partido en El Campín:
“De ellos espero el tratar de recuperar el balón cerca del arco rival para poder marcar la diferencia en seguida. A nosotros no nos interesa la zona en donde recuperamos la pelota, pero sí la intensidad y la velocidad con que queremos llegar al arco rival. Somos muy parecidos”.
En otras palabras, “Bielsismo” en estado puro.