Los Qb de la Universidad de Ohio se caracterizan por su gran capacidad física, especialmente a la hora de correr con el balón en las manos. De hecho en los últimos años ha contado con tres mariscales, Braxton Miller, Cardale Jones y J.T Barret, que se han caracterizado por ser unos enormes atletas.
El sistema de Spread Option utilizado en Ohio State hace que los Qbs que salen de este equipo, y otros que también la usan, sean muy poderosos físicamente y muy enfocados a ganar yardas con su juego de pies, algo que es muy vistoso de ver para los aficionados.
En la NFL los últimos casos de ese tipo de jugadores han sido RG3 y Colin Kaepernick, y ambos causaron un gran impacto en su primer año, aunque después están teniendo problemas para reafirmarse como Qbs fiables.
Sin embargo, esa capacidad atlética permite a estos jugadores poder desenvolverse en otras facetas del juego, como H-back, receptores, equipos especiales, etc. Este es el caso de Braxton Miller que tras liderar la franquicia en los años 2012 y 2013 como Qb, llegando a ser uno de los candidatos al trofeo Heisman, tuvo una lesión en 2014 que le apartó del equipo.
Su puesto fue ocupado por J.T. Barrett que lo hizo, al menos, tan bien como su predecesor durante toda la temporada regular. Sin embargo, la mala suerte se cebó con Ohio y su Qb suplente también se lesionó.
Entonces entró en juego Cardale Jones, que lo hizo mejor aún, si cabe, que sus compañeros pero esta vez jugando los partidos importantes de la temporada, incluyendo la gran final. Su aparición fue tan espectacular que muchos analistas y medios no dudaron en afirmar que de presentase al Draft, hubiera sido nº1 por delante de Winston y Mariota.
Ante esta feroz competencia Braxton Miller ha decidido jugar esta temporada de wide receiver para no entorpecer su progresión, ya que nadie le asegura tener el puesto de Qb 1, ni siquiera de Qb2, asegurado.
La gran capacidad para correr rutas y su inteligencia a la hora de leer las defensas seguro que le ayudaran a la hora de conseguir yardas y Tds, lo que falta por ver es si su juego de manos, como receptor, es lo suficientemente bueno como para ser un target fiable para quien quiera que sea el Qb de Ohio.