En el teatro de marionetas de Salzburgo se representa la función de “Sonrisas y lágrimas” y el Espanyol la trasladó a Mondsee, donde también se rodaron escenas de la película del mismo nombre. El conjunto blanquiazul venció al Kasimpasa desplegando, por momentos, un buen fútbol y todo son sensaciones positivas. Los tantos de Burgui y Víctor Álvarez sirvieron para que los pericos se alzaran con la Copa Betsafe y abandonarán Austria sumidos en la curva de la felicidad.
A la espera del delantero, Sergio González puso a prueba de inicio a Burgui, Hernán Pérez y Caicedo, y estos se asociaron para firmar una primera mitad en la que el Kasimpasa tiró de pegada para poner emoción al encuentro. La posesión fue blanquiazul y el conjunto turco limitaba su juego a los contragolpes. La zaga perica se sumaba con mucha facilidad al ataque, en especial Rober que ganó en más de una ocasión la línea de fondo con acierto. Pero la primera ocasión del Espanyol llegó gracias al balón parado y a Raillo tan solo le faltaron unos centímetros para firmar su primer tanto con el primer equipo. El balón no quiso entrar y solo tres minutos después, en el29’, llegó el tanto del Kasimpasa. La zaga perica estaba en cuadro y ello lo aprovechó Tunay para encontrar el hueco en la banda derecha y colocar un balón mortífero al que Pau no llegó y Aydin empujó.
Poco antes, el árbitro había el encuentro para que los jugadores se refrescaran y el Espanyol le puso una marcha más al juego. Hernán Pérez demostró velocidad, Álex Fernández entrega y Caicedo un juego de espaldas encomiable. Pero la gloria en esta ocasión estaba reservada para Burgui. Recogió un balón rechazado por la zaga del equipo turco fuera del área, se acomodó el balón a su pierna izquierda y su disparó seco fue inapelable. Con el 1-1 y con la primera mitad en su ocaso, Hernán Pérez siguió desquiciando a Veysel pero no pasó nada más porque el partido se ensució.
En el inicio de la segunda parte, Sergio movió el banquillo y solo dejó sentados a Germán y a Alfonso, pero no se perdieron nada. Ya en el 60’ entraron en escena, el Kasimpasa subió líneas y gracias a las jugadas de estrategia tuvieron más presencia en el área blanquiazul. Abraham, Víctor Sánchez y Salva Sevilla intentaban darle velocidad al juego y cuando lo lograron, llegó el premio. En el 65’, Mamadou avisó y un minuto después Víctor Álvarez no falló. Víctor Sánchez colocó el balón en el segundo palo y el lateral zurdo lo cabeceó a gol.
El final del partido fue plácido y no se sufrió en ningún momento por el triunfo. Los blanquiazules pusieron pausa a su juego y tiraron de oficio pese a la juventud de su plantel para poner el broche de oro a una estadía en Austria que se salda con dos triunfos de mérito.