Bajo los acordes de la archiconocida Réquiem por un sueño, Ona Carbonell brilló en su estreno en el Campeonato del Mundo de Kazán. En la preliminar de la rutina de solo técnico, la española quedó en segunda posición (91.4408) y peleará este sábado por la tarde por una emocionante medalla de plata, un paso más en la carrera de la medallista olímpica después del bronce obtenido hace dos años en Barcelona. Solo la superó la rusa Svetlana Romashina (94.3860), la Julia Roberts que interpretó el tema principal de la película Pretty Woman, y adelantó a la china Wenyam Sun (91,3262), una noticia que superó incluso las expectativas de la española.
La apuesta de Ona por el solo desde hace dos años la está convirtiendo en una nadadora casi perfecta. Con más fuerza debido a una exhaustiva preparación física, y la flexibilidad y expresión que le caracterizan, la solista interpretó una coreografía “cañera”, veloz, bordando los cinco elementos técnicos obligatorios incluso con margen de mejora en alguna figura para la final de la tarde (16:30). No perdió la parte artística, siempre presente en sus rutinas.
Con un bañador diseñado por ella misma, Ona no pierde ni un detalle en la rutina en la que ella se siente más realizada. Ya avisó el cuerpo técnico que habían recibido un feedback muy positivo por parte de los jueces en las últimas competiciones, y es que Ona, entrenada por Gemma Mengual y la francesa Virgine Dedieu, está aprendiendo de las mejores. En este Mundial, la capitana no podrá aspirar a siete medallas porque únicamente participará en el solo y en el dúo. La apuesta de Ona le puede hacer subir un escalón y colocarse detrás de Rusia.