Ona Carbonell se mostró radiante después de la primera jornada de competición en el Mundial de Kazán, con una inesperada plata colgada de su cuello. La española confesó que no se imaginaba acabar segunda debido a la competitividad de China en los últimos grandes campeonatos. “Estoy muy contenta. No me imaginaba conseguir esta medalla y finalizar la prueba tan cerca de la rusa y a tanta distancia de China”. Desde Roma 2009, cuando Gemma Mengual era la solista, que no se lograba la plata en la rutina técnica.
Es su primera plata como solista en un Mundial, después del bronce obtenido en la rutina técnica en Barcelona, en 2013. En estos dos años, Ona ha aumentado su ritmo de entrenamiento para mejorar en todos los aspectos relevantes en la prueba de solo. Ha dejado de lado las pruebas de equipo para conseguir su sueño, ser la mejor solista del mundo. “Esta coreografía era un reto porque he introducido aspectos y figuras que habitualmente no se ven en sincro, y menos en las pruebas de solo”.
La clave de Ona es su mejora en la preparación física, plan que dirigie Lorena Torres desde hace dos años. Además, la RFEN se ha volcado con ella y le proporcionó la ayuda de la campeona frances Virgine Dedieu y de Gemma Mengual, dos de las mejores solistas de la historia de este deporte.