Hay derrotas que no empañan una gran labor. Derrotas que a pesar del dolor que encierran, con el paso del tiempo, con perspectiva, se ven con una media sonrisa. Cuesta, pero se logra aunque sea incomprensible. Esta es la sensación con la que debe quedarse la Selección Sub-19 femenina después de caer ante Estados Unidos (65-80) en el Mundial de la categoría de Rusia. España luchó, con garra y coraje, ilusión y calidad, ante las campeonas mundiales, pero no pudo obtener el billete a la gran final. Se deberá consolar con pelear por el bronce ante Australia (este domingo a las 17:00 por Live Basketball).
Las de Mario López saltaron a la cancha para enfrentarse, como en la primera jornada, a una bestia física y de categoría. Las estadounidenses llevaban un 100% de victorias (5/5) con una diferencia media de 40,4 puntos. Nadie había logrado anotarlas más de 63 tantos. Un currículum temible y pesó al inicio. La presión asfixiante, el dos contra uno constante de las yanquis (una actividad que desarrollaron durante todo el partido) separaba el marcador (2-10 de arranque). Pero no hubo desánimo. Una exquisita Quevedo y un fantástico triple de Salvadores materializaban un 19-21 que alcanzó el 21-21 con una canasta de Lo al reanudarse el segundo cuarto.
Ahí fue cuando apareció el martillo americano. En un pestañeo todo se derrumbó. Parcial 12-23 en los segundos 10 minutos (31-44). Collier daba estocadas en cada ataque y el dominio en el rebote de las estadounidenses hacía el resto (18-33 al descanso, 24-45 al final). España no encontraba los huecos. Defensa y más defensa era lo que se encontraba en cada ataque y el tiro abierto, desde el perímetro principalmente, fue la receta del doctor. Funcionó de inicio, no a continuación.
Pero nadie bajo los brazos. Quevedo (17 puntos al final) no se sometía, infundía respeto a sus rivales e inspiraba a sus compañeras. Cuatro tantos seguidos suyos rebajaron la desventaja a nueve y sólo los arrebatos de Collier (24 tantos y 14 rebotes) y Wilson (20 y 16) evitaban que la Selección se acercara más: 50-62 con sólo 10 minutos por delante.
El último tramo dio dos buenas noticias. Salvadores resucita cuando menos lo esperas (acabó con 16) y Maria Conde es una belleza en el uno contra uno. La exestudiantil se lanzaba sin miedo hacia la zona y a pesar de acabar con sólo cinco tantos, su presencia en la cancha era un soplo de aire fresco frente al cerrojo yanqui. Con todo finalizado (58-75), Mario López retiró a sus titulares y fueron las teóricas suplentes las que superaron los 62 tantos que endosó China a EE UU, el máximo que habían recibido en tierras rusas. Esta vez fue cruz, pero este domingo toca cara y colgarse un bronce es todo un éxito. No cabe duda.