El Atlético 2015-16 arrancó con victoria ante el Numancia en un encuentro que mostró dos caras: una cansina y anodina en el primer tiempo y otra con más intensidad y más chispa en el segundo. Debutaron los nuevos fichajes rojiblancos y sobresalió Correa, quien hizo su primer tanto con el conjunto madrileño. Por encima de todo una observación: la gente está como loca por ver a este nuevo Atleti. El partido sirvió como homenaje a Jesús Gil en su pueblo natal y la jornada fue una fiesta rojiblanca con Filipe Luis en la grada viendo a los que ya son sus nuevos compañeros. El 0-2 final reflejó la superioridad del equipo madrileño.
En el once inicial del Atlético formaron dos debutantes, dos caras nuevas en este equipo rojiblanco 2015-16: Carrasco y Vietto. De los dos se espera mucho y Simeone no dudó en darles la titularidad. No aportaron mucho, quizá más el primero quien con su velocidad intentó desbordar en alguna ocasión. En vano casi siempre. Del ex del Villarreal apenas se tuvo noticias. El Vietto de ahora recuerda al Griezmann del comienzo de la campaña pasada, como despistado y sin encontrar su sitio. “Cuidado, tiene una calidad increíble. Le costará entrar, pero cuando lo haga....”, señalan en el vestuario rojiblanco. Cerca del descanso, el Cholo giraba la cabeza en tono negativo. Koke había intentado de nuevo conectar con Vietto en la frontal del área y la defensa del Numancia se anticipó a la jugada. Eso fue más o menos lo que sucedió en el primer tiempo. El Atlético acusó el duro trabajo de pretemporada y sin chispa en sus jugadores, el encuentro fue un querer y no poder para el Atleti. Juanfran fue el que lo intentó una y otra vez por su banda, pero parecía solo contra el mundo. Koke jugó con Tiago en una pareja que puede ser habitual a lo largo del campeonato. El empate sin goles del descanso reflejó lo que pasó en el campo.
El encuentro cambió en la segunda parte. Y no fue por casualidad. Lo hizo porque Correa se quiere ganar el puesto desde el inicio de temporada y porque la presencia del Niño contagia a la grada y le da un plus extra al equipo. Además, hay otro futbolista que lo ha hecho muy bien en pretemporada y que al Cholo le encanta: Thomas. Formó en el doble pivote con Gabi y el Atleti fue otro muy diferente.
El definitivo golpe de efecto llegó con la inclusión en el campo de Óliver con el número 10 a la espalda, algo muy sintomático. Sin hacer nada del otro mundo, este Atlético del segundo tiempo fue mejor, apretó más, buscó el gol y no se conformó con marcar uno y fue a por el segundo. Simeone ya tuvo otra cara y se le escuchó dar gritos de ánimo desde el banquillo. Lucas marcó un golazo y Correa debutó haciendo un tanto. El cuerpo técnico espera que sea el primero de muchos con el conjunto rojiblanco. La enseñanza que dejó el partido es clara: el que se duerma lo va a pagar caro, puesto que hay jugadores del Atleti que tienen hambre. Gente que sabe que está ante la gran oportunidad de su vida y no quiere desaprovecharla.