Millonarios regresó a El Campín luego de 58 días sin acción en casa. Empezó el duelo contra el Once Caldas con muy buenas opciones de gol, presionó al rival, abrió la cancha por las bandas, aprovechó la buena proyección de Lewis Ochoa -quien terminó lesionado- y Deiver Machado, y se mostró bastante ofensivo. Sin embargo, dejó dudas en la parte defensiva; pese a que Nicolás Vikonis tuvo poca acción.
La primera oportunidad clara del equipo albiazul fue un cabezazo de Gabriel Díaz al recibir un zurdazo perfecto de Machado, pero la pelota se fue desviada. Ochoa, Maxi Núñez, Rafael Robayo y Michael Rangel también probaron al arquero José Fernando Cuadrado, que respondió bien ante la exigencia.
Once Caldas empezó con gran vocación ofensiva con Sebastián Penco, Johan Arango y Gustavo Culma; pero las individualidades le impidieron finalizar las acciones. Arango tuvo las más claras y se las jugó por su cuenta, le faltó labor colectiva para sorprender al arquero Vikonis; en la defensa azul no encontraron mayores restricciones.
La tarde mágica de los azules estuvo en los pies de Núñez y se iluminó con Rangel, que tuvo varios mano a mano con el arquero del Once Caldas. Presionó, insistió y remató en busca de poner el balón al fondo de la red. La más clara le llegó tras una acción de Maxi desde sector derecho; cabeceó pero se fue por encima del travesaño. Los miles de aficionados en El Campín se levantaron de sus asientos pero debieron ahogar el grito de gol.
Al parecer la orden para el atacante de la camiseta número 9 de Millonarios, en el entretiempo, fue la de aumentar la presión en campo del rival. Rangel tuvo mayor presencia en terreno del Once Caldas y así mismo más oportunidades para marcar; en menos de dos minutos obligó a Cuadrado a volar de palo a palo. Primero, lo sorprendió con una media volea de pierna derecha que se fue desviada por un costado, y luego, con un cabezazo que logró contener el arquero.
Pero el fútbol bonito, el de buen toque de balón, el de la pausa y generación de tres cuartos para adelante llegó con la presencia de Mayer Candelo, que entró al campo de juego en el lugar de Federico Insúa. Dos opciones claras para anotar llegaron de los pies del ‘10’ albiazul.
Las modificaciones del equipo de Manizales también dieron resultado. Fredy Salazar, Jhon Valoy y Óscar Estupiñán metieron en el juego al arquero Vikonis, que debió anticipar varias acciones para evitar la caída de su red.
Al final, un partido de ida y vuelta, con opciones para ambos equipos pero sin goles. Dos figuras, el arquero José Fernando Cuadrado, que le negó la victoria a los azules en su primer partido de la Liga Águila II-2015 en El Campín y Maxi Núñez por su generación de ideas en mitad de campo y por la precisión de sus pases. Millonarios y Once Caldas aún no ganan en el torneo. Los azules tampoco han conseguido anotaciones en dos partidos.