El Madrid volverá a jugar en China cuatro años después. En este país de cultura milenaria, el fútbol ha ido calando entre su pueblo con la visita de grandes equipos hasta convertirse en una asignatura obligatoria en los colegios. Quieren crecer y para eso no vale con desarrollar la afición, hay que inculcarla desde pequeños. Hoy tendrán un máster de 90 minutos. La temperatura (32 grados) y la humedad (85%) dificultarán la explicación, pero el sudor de los chicos se paga a buen precio aquí.
Benítez, en el ideario de pretemporada, seguirá haciendo cambios. Benzema y Modric llegan tocados (ayer se entrenaron al margen) y el técnico no asumirá riesgos. Además, Illarra tiene una pequeña rotura de fibras, por lo que se adivina un centro del campo con Kroos y Casemiro. Junto a ellos volverán a correr libres por el frente de ataque Bale y Cristiano. Así funcionan mejor y se comprobó ante el City. Cambiarán de posición y el 4-2-3-1 se deformará a su antojo con balón. La presencia de Jesé arriba dará más movimiento al baile y la única duda es saber quién empieza por la derecha: Isco o Lucas Vázquez. James deberá esperar.
En el asunto de la portería ayer volvió a escucharse el nombre de Casillas. Lo gritaron brevemente los seguidores presentes en la sesión. Pero no hubo respuesta. Hoy parte de los aficionados madridistas que acudan al Tiannhe Stadium pretenden rendir un homenaje al excapitán y cantar su nombre en el minuto 25 (por sus 25 años en el club).
Sonará a chino, pero en ese recuerdo a Casillas, Casilla podría debutar de titular. Ya más adaptado, empezará su andadura en el Madrid en una pugna estéril con Keylor. No por falta de calidad, sino porque el tico tiene los días contados ante la llegada de De Gea. Y ahí se abrirá otro escenario.
Enfrente un Inter cada vez más irreconocible que también está en plena maratón china. El martes jugó contra el Bayern y el sábado sacó a su equipo B ante el Milán porque Mancini quiere lucir músculo hoy. Guangzhou es el escaparte.