Por Carlos Marroquín
Estoy cansado de que la WWE siga humillando a sus estrellas. Al espectáculo. Que le falte el respeto al verdadero público que visualiza y siente a la lucha libre como un deporte, más que un simple show. De que termine priorizando a esa absurda idea de darle la contra al gusto popular, para asumir mejores ingresos económicos... vender más camisetas o gorras. Es así y no cambiará hasta que la directiva actual dé un paso al costado. Y el más claro ejemplo de este duro cuestionamiento se resume en la tan vendida pelea entre John Cena y Roman Reigns, desarrollada en el último No Mercy. En una sola palabra, desastrosa. Digna de llevarse el título al peor combate de este año.
Siendo sinceros, No Mercy tenía una cartelera pobrísima. Tan solo esperábamos la resolución del Brock Lesnar vs. Braun Strowman y, precisamente, el duelo de Cena con Reigns. Es lo que hay. Semanas atrás, la WWE proyectaba este duelo como el más importante de la temporada, entre dos potencias y estilos diferentes de movilizar a la gente. Trabajaron buenas promos, sí, contundentes disparos y se rompió la cuarta pared, al punto que uno se ilusionó y le apostó algunas fichas. Pero, terminó siendo un escenario más de crisis.
Frente a frente, Cena y Reigns bajaron fuerzas. Le prestaron mucha atención al público, quienes querían censurarlos por su oficio. Reaccionaron a ello. Cena empezó a jugar con escaparse y Roman a cazarlo. El típico tire y afloje para calentar. Luego, arrancaron los golpes, dos o tres llaves de contención y listo. La pelea ingresó a un campo minado, en donde el ‘Emperador’ se reía, se reía de la gente que comenzaba a frustrarse porque, finalmente, comenzó la lectura entrelíneas de lo que nadie quería ver: la humillación de otra superestrella con el fin de darle el poder absoluto al samoano.
Un combate muy lento, débil en reacción y respuesta. Incluso, hubo un momento en el se evidenció el fastidio natural por parte de Cena. Se negó a seguir alimentando el absurdo cuento del súper hombre, al punto que solo le entregó el protagonismo a Roman para que aprovechará, pero ni así lo consiguió. Hay que decirlo: Reigns es demasiado previsible y limitado.
El hito más ácido de este estelar fue la torpeza del ‘samoano’ en no poder aplicar bien su ‘lanza’ sobre una mesa de trasmisión. Embiste al ‘marino’ y a la hora de caer, golpea su cabeza con el piso y las costillas de Cena con el mismo impacto. Terrible. Vamos Roman, eres profesional… demuéstralo.
Al final, Cena le aplica tres ‘attitude adjustment’ y Reigns se paró como si nada. Luego, saca un ‘superman punch’ y otra ‘lanza’ para así cerrar el combate. Definitivamente, el abucheo fue total.
Todo esto deja entrever una realidad: que el esqueleto de este tipo cada vez está más podrido. Con respecto a John Cena, seguirá en lo mismo. Es veterano y ya no se le puede juzgar mucho. No se despedirá todavía de la empresa. Se sabe que estará ausente para grabar un película y cuando termine volverá. Eso sí, no será por mucho tampoco.
¿Qué lección nos deja finalmente esta imagen? Pues que la WWE quiere seguir llenándole el tachito a Roman con diferentes stickers. Primero, ya le quitó lo invencible al The Undertaker en WrestleMania. Ahora, ha destruido al héroe de los niños, John Cena. Hizo añicos al gigante de la empresa, Braun Strowman. Dentro de mis proyecciones el siguiente paso sería darle el cinturón Universal, volviéndose aún más ‘poderoso’ de vencer a Brock Lesnar. En otras palabras, darle todo para que siga siendo la cara de WWE.
En la interna de la WWE ya se están escuchando las quejas desde distintos hemisferios. Precisamente, en el mismo No Mercy, el comentarista en español, Marcelo Rodríguez, se indignó con estas decisiones. Durante la absurda victoria de Enzo Amore frente a Neville, se salió del guion y expresó su malestar con lo que está pasando. “(Enzo) que siga vendiendo muchas camisetas más, que así va a llegar muy lejos. Que así va a llegar al salón de la fama de WWE”, disparó en plena lucha.
Algunos colegas me han preguntado cuál sería la solución directa para que esta situación cambie. La respuesta es que la directiva le haga caso al público. Darle prioridad al verdadero talento como Samoa Joe, Strowman, Sami Zayn o AJ Styles. Estos dos últimos estarán en Lima este 30 de noviembre para apreciarlos en un show en vivo y compartan mi opinión. Punto.
Con relación a Roman, solo le queda cambiar de rumbo. Es sencillo: tiene que juntarse una vez más con The Shield. Así de simple. Impusieron un estilo muy rudo como stable y el público los respetó y asimiló al punto de que hasta ahora cuesta mucho trabajo verlos separados, derrotados y sin gloria.
Pero como todo lo expuesto no se realizará, tengan por seguro que se vienen tiempos muy duros y de muchas más decepciones. Igual seguiremos fiel al castigo. Y si me equivoco, dispénseme. Tiene todo el derecho de hacerlo.