En pocas semanas más, Cristóbal Henríquez Villagra, tendrá que cruzar los 14.772 kilómetros que separan Chile y Azerbaiyán para ir a enfrentar a los mejores. Con sólo 18 años, será el único representante nacional del próximo mundial absoluto de ajedrez que se disputará en septiembre en Bakú. La clasificación no es una sorpresa, sino un paso de una carrera que va a camino a dejarlo en la historia.
Hay una imagen y en ella un comienzo. Cristóbal tenía cuatro años la primera vez que se sentó frente a un tablero de ajedrez en su casa de La Florida. Creció observando jugar a su padre Óscar Henríquez, y su hermano mayor del mismo nombre, y a esa corta edad, se dio cuenta que él también sabía cómo hacerlo.
“Un día ellos estaban en medio de un partida, y mi hermano dijo jaque mate, que es la acción que termina el juego. Yo estaba afuera y dije que no, que no era. Que había opciones todavía de defenderse. Ellos se dieron cuenta que tenía razón y desde ahí empezaron a dejarme jugar", cuenta a AS Chile.
Desde los seis años comenzó a competir. A los ochos fue por primera vez campeón nacional en su categoría y en 2007 fue condecorado por la Presidenta Michelle Bachelet como el mejor deportista chileno menor de 12 años. Todas, distinciones que lo posicionaron rápidamente en el ambiente, no sólo como una gran promesa, sino como una realidad.
“No es una presión que me digan de esa forma. Partió hace bastante tiempo. A los 10 años un profesor del colegio me decía ‘pequeño gigante’. Es algo que agradezco, porque significa que he estado haciendo las cosas bien. Sin embargo, no me siento distinto al resto", agrega el joven que perdió a su madre a los 7 años producto de un cáncer.
Pese a las complicaciones y no recibir apoyo económico más que el familiar, en los últimos dos años, los logros han aumentado. Cristóbal no sólo se dio cuenta que podía competir con los mejores, sino también ganarles. "En el ajedrez, como en la vida, uno se da cuenta que el mayor rival es uno mismo”, dice.
Así llegaron más triunfos en los últimos años: tres veces campeón Panamericano juvenil, una vez campeón Sudamericano, tercero lugar en 2014 del campeonato del mundo juvenil, y la marca de Maestro Internacional, serían sólo el comienzo. El 2015 sería aún mejor: ganó por primera vez el título absoluto de Chile y se quedó con uno de los dos cupos que entregó el Torneo Zonal para el Mundial.
"Estoy muy feliz de poder ir, ha sido un gran esfuerzo. Además es la ciudad donde nació Garry Kasparov, el mejor ajedrecista de todos los tiempos", dice Henríquez. "Ahora me gustaría ser Gran Maestro, es una meta que he tenido desde chico y voy por buen camino". Sería el quinto chileno en lograrlo.