Separar persona y artista es un movimiento que en muchos casos, se realiza de manera selectiva, y no siempre responde a juicios imparciales. El caso de Chris Benoit no sólo cambió en muchos sentidos el devenir de WWE, sino que abrió un debate sobre hasta dónde podemos permitirnos realizar dicha separación.
Pero más allá de eso, puso en evidencia una doble moral de la que el producto McMahon hace gala, corroborada después tras la muerte de Jimmy Snuka. Ambos luchadores no se encuentran incluidos en el Hall of Fame, uno por ser a todas luces un asesino, y el otro por tener todos los indicios de serlo. Sin embargo, podemos disfrutar de sus luchas, bajo pago, en WWE Network.
Hace unos días, otra fallecida leyenda ha devuelto a la palestra esta praxis del gigante de la lucha libre. VICE publicó un artículo donde, básicamente, carga contra WWE por haber realizado un lavado de imagen de la figura de The Ultimate Warrior. En el mismo, se rememoran varias declaraciones a lo largo de los años, digamos, “desafortunadas” de James Brian Hellwig (nombre real de Warrior): ataques contra la comunidad gay, contra el actor Heath Ledger y contra Bobby Heenan o The British Bulldog, entre otros.
Así, quien haya estado un poco al tanto de la actualidad en los últimos años, sabrá de la homofobia patente de Hellwig. Recordará que consideró que la hija de Ledger estaría avergonzada de la carrera de su padre (entre otras cosas, por su papel en Brokeback Mountain, donde interpretó a un homosexual). Tendrá sabida cuenta que restó importancia al fallecimiento de Bulldog no de una muy sutil manera. Y conocerá su explícito deseo de que Heenan muriera de cáncer cuando este ya padecía la enfermedad.
El principal problema que VICE expone es que Warrior constituye un emblema para muchas de las iniciativas filantrópicas de WWE, como el Warrior Award o la Fundación Susan G. Komen (centrada en luchar contra el cáncer de mama) y su campaña #UnleashYourWarrior. Su viuda, Dana Warrior, continuadora de ese controvertido legado, intentó defender la memoria del miembro del Salón de la Fama 2014, con unas palabras recogidas también por la revista canadiense:
“No seré desleal a la memoria de mi marido, ni hablaré pestes de alguien que no está aquí para defenderse. Sin embargo, puedo decirte que su corazón cambió gracias a las conversaciones que tuvo con sus hijos. El verdadero testamento del hombre tras el personaje es su capacidad para evolucionar. Mi marido lo hizo”.
Sería imposible no citar ahora el caso de Hulk Hogan, que es el que más ecos guarda con el de Warrior. “The Inmortal” fue casi eliminado por completo de la historia de WWE por aquellos comentarios racistas hace dos años, que supusieron el punto más bajo de su vida. Aunque con el paso del tiempo, poco a poco fue devuelto a su sitio, y ahora su imagen de nuevo aparece asociada a la empresa.
Un servidor alaba el artículo de VICE, pero si pretenden remover conciencias en el seno de los McMahon, pueden esperar sentados. Hay muchos acuerdos y dólares de por medio, pese a que supuestamente se trate de labores filántropicas. Por otra parte, si creemos en la buena aportación al mundo de Susan G. Komen y del Warrior Award, ¿merecería la pena cercenar ese trabajo por culpa de unas palabras? Veremos hasta dónde llega la repercusión del artículo de VICE. Como siempre, el espectador tiene la última palabra.