22/12/2024

“Cuando me levanté, la escena que vi era devastadora”

Martes 28 de Julio del 2015

“Cuando me levanté, la escena que vi era devastadora”

"Cuando me levanté, la escena que vi era devastadora"

"Cuando me levanté, la escena que vi era devastadora"

Laguna Seca, 19 de julio de 2015. A Kevin Pinkstaff (7-10-1984, Portland, Oregón) no se le olvidará esa fecha ni ese lugar. Volverá allí, seguro, pero cada vez que lo haga recordará ese “terrible domingo” que costó la vida a los españoles Bernat Martínez y Dani Rivas. El estadounidense fue uno de los cinco pilotos involucrados en el fatal accidente. Una semana después cuesta hablar de lo sucedido en el circuito californiano. Lo intenta...

—Antes que nada, ¿cómo se encuentra?

—Afortunadamente sólo sufrí una conmoción cerebral leve. Es cierto que tengo contusiones por todo el cuerpo, pero voy mejorando día a día. Teniendo en cuenta las circunstancias, me considero muy afortunado. Tremendamente afortunado.

—Dani Rivas y Bernat Martínez arrancaban en parrilla por delante de usted la segunda carrera de Superbike/Superstock 1000. ¿Cómo recuerda la salida?

—Yo salía desde la octava fila. Desde mi posición, metido dentro del carenado, sólo recuerdo haber visto a los pilotos que estaban delante de mí, en la fila siete, chocar entre ellos, así que no fui consciente del accidente que había tenido lugar algo más adelante. Recuerdo una moto y un piloto caer justo delante de mí mientras me aproximaba al puente. Intenté hacer una maniobra para esquivarlos, después me golpeé con mi moto y fui rodando hasta acabar en la gravilla del exterior de la pista. Tras un ligero mareo y desorientación, me levanté y al mirar a mi alrededor la escena era devastadora. Ningún piloto se movía y me di cuenta de que Bernat y Dani estaban tumbados y de que la cosa pintaba muy mal. No podía entender cómo yo podía salir de allí por mi propio pie.

—Es decir, ¿le fue imposible ver a Rivas levantar la mano cuando su moto comenzó a perder potencia?

—Sí, no le vi, me enteré de eso después del accidente. Rivas estaba mucho más adelante, para mí era imposible localizarle. Sólo pude ver a los tres pilotos que estaban en la fila anterior a la mía. En esas circunstancias, Rivas hizo lo único que podía, levantar la mano y confiar en que quienes venían por detrás lo esquivaran. Por desgracia, el grupo ya había acelerado y metido segunda o tercera marcha, así que quizá iban ya a 160 o 170 km/h y, debido a la velocidad y a lo pegados que estábamos, no hubo tiempo para reaccionar y evitar a las motos y los pilotos involucrados. Es la situación más terrorífica que un piloto puede vivir. Frenar y ver cómo todos los demás se vienen contra ti.

—¿Tuvo que ser hospitalizado tras el accidente?

—No y me tranquilizó tener a mi equipo, mi esposa y mi familia allí. Como mis lesiones eran menores y otros pilotos requerían atención urgente, inicialmente no fui trasladado al hospital. Consulté con los comisarios y decidieron que acudiera al centro médico del circuito una vez atendieran al resto de pilotos. Después de que el helicóptero emprendió el vuelo, me sometieron a un examen. Es cuando me diagnosticaron la conmoción cerebral. Tenía un golpe en la cadera, me hicieron radiografías y no revelaron fracturas.

—El tiempo pasó, los minutos, las horas... ¿Cuándo supieron el resto de pilotos que Bernat y Dani habían fallecido?

—Comencé a oír rumores cuando salí del centro médico, tras la nueva salida. Me dio un vuelco el corazón, estaba hundido. Dada la gravedad, temía ese desenlace, pero no podía recordar un accidente en el que dos pilotos perdieran sus vidas. El hecho de que además ambos fueran españoles, los únicos españoles en la carrera, me parecía cruel. No fue hasta esa noche cuando preguntamos a un comisario cuál era la situación; me confirmó que dos pilotos habían fallecido. No identificó cuáles, pero el hecho de que hubiera dos ya era terrible. Esa noche, o quizá a la mañana siguiente, vi un comunicado de prensa que identificaba a Dani y Bernat. En ese momento sólo podía pensar en sus familias y en sus equipos. Fue horrible. Dani y su equipo habían estado junto a nuestro box todo el fin de semana. Le habíamos visto a él, a sus mecánicos, y saber que ya no estaba, que había muerto, era horrible.

—¿Había hablado alguna vez con Bernat? En el caso de Dani, era la primera carrera en MotoAmerica...

—No, no había hablado con ellos. Había competido con Bernat el año pasado en Laguna Seca y de seguir la competición, era consciente de quién era, de su potencial. De Rivas ya estaba al tanto, le conocía de haberle visto en carreras del FIM CEV Repsol. Sabía que eran muy buenos. Tener pilotos de esa calidad hace a MotoAmerica una competición muy prestigiosa. Me hubiera gustado haber tratado con ellos, poder ser amigos.

—Debido a la gravedad de todo lo ocurrido, ¿cree que habría sido conveniente suspender la carrera?

—Es difícil de decir y ésa no es una decisión que me corresponda. Cuando este tipo de cosas suceden, todo es muy delicado. Había otros pilotos involucrados y seguro que mentalmente les afectó lo ocurrido. Y, obviamente, para honrar a Rivas y Martínez, se habría suspendido si se hubiera sabido que habían fallecido. No tengo suficientes elementos de juicio acerca de qué información fue conocida inmediatamente por los comisarios, por lo que no voy a criticar la decisión de reiniciar la carrera.

—¿Sabe cómo están Devon McDonough o Josh Chisum, también inmersos en el accidente?

—Devon es amigo mío. Vivimos cerca y competimos en las carreras locales. Estaba muy preocupado por él, porque quedó inconsciente tras el accidente, pero al verle moverse de nuevo, para mí fue un alivio. No sé exactamente el alcance de sus lesiones, pero creo que perdió unos dientes y se fracturó la muñeca. Y Josh también está recuperado. He visto en redes sociales que las radiografías revelan que no tiene ningún hueso roto. Estoy especialmente agradecido a los pilotos que llegaban por detrás y que fueron capaces de esquivarnos. Josh y Matthew Orange giraron hacia la gravilla para evitar a los otros pilotos, lo cual fue peligroso para ellos mismos.

—He visto que ha colgado una foto de Bernat y Dani en su Facebook o en su Twitter, un gesto que le honra. ¿Está al tanto de la colecta organizada en Estados Unidos con el objetivo de recaudar fondos para las familias de los pilotos?

—Sí. Todo esto muy duro. Como piloto, conoces los riesgos de competir pero tratas de no pensar en ello. Cosas como éstas te hacen ver la realidad. Cuando volví a boxes y vi a mi esposa, a mi hermano, a mi equipo, a mi madre y a mi padre por primera vez, sin hablar, nos abrazamos y nos miramos a los ojos conscientes de lo que había ocurrido, de que lo que le pasó a Dani y Bernat podría haberme pasado a mí. Por respeto a ellos, me gustaría honrarles en todo lo que pueda. Debido a la conmoción cerebral, no pude competir este fin de semana, pero espero poder hacerlo lo antes posible. Volviendo a casa en coche con mi esposa, hablamos de lo sucedido. Y yo me preguntaba: ‘¿Cuánto tiempo más va a durar mi suerte? Quizá es hora de que deje de correr’. Me doy cuenta de que los riesgos están ahí, pero también de lo especial que es pilotar y de que cuando estoy encima de la moto no pienso que ése sea mi trabajo, mi manera de pagar las facturas. Es una sensación pura que no experimento de ninguna otra manera. Mi padre, mi tío, mi abuelo... todos montaron en moto. Y mi tío Keith fue campeón local y nacional. Al poco de empezar a competir, él murió en un accidente de tráfico cuando un coche chocó contra su moto. A partir de entonces, montar en moto me hizo sentirme más cerca de él.

—¿Podrá volver a subirse a la moto tras un accidente como el que costó la vida a Dani y Bernat?

—Creo que el competir tiene su recompensa, estoy dispuesto a asumir el riesgo. Siempre. Creo que Dani y Bernat sentían lo mismo. Eran hombres valientes que trabajaban duro para demostrar su talento y competir contra los mejores, fuera donde fuera. Seguramente les supuso mucho esfuerzo llegar a Estados Unidos para correr aquí, sé que viajaron por todo el mundo al inicio de sus carreras. Son héroes. De alguna manera, creo que ellos querrían que todos nosotros sigamos compitiendo.

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