Con Illarramendi y Modric lesionados, Casemiro ha dado un paso al frente y le ha demostrado a Benítez que puede entrar en la rotación sin que el equipo se resienta. Ante el Inter las bajas hicieron que formase junto a Kroos en la medular y demostró, como él mismo dijo, que “ha vuelto del Oporto hecho un hombre”. Contra los italianos se pudo ver que no es un centrocampista sólo de contención, sino que también ayuda en las tareas de creación. El brasileño movió al equipo con criterio y mostró que tiene buen desplazamiento del balón en largo. Benítez ya conocía a Casemiro, puesto que le siguió muy cerca la temporada pasada. Pero eso no ha impedido que el mediocentro haya sorprendido gratamente al técnico.
El centrocampista trabajó durante sus vacaciones y se le nota en el aspecto físico. Aguantó 77 minutos a alta intensidad, pese a los 33 grados de sensación térmica y al 84 por ciento de humedad que se respiraba en Guangzhou. Además, tuvo el gesto apreciado por el club de volver antes de su permiso por haber disputado la Copa América (regresó el 17 de julio pese a que tenía libre hasta el 25) y esto gustó a Benítez.
El brasileño volvió del Oporto con la idea de triunfar en el Madrid en una posición en la que ahora mismo hay overbooking, pero que se aligerará con la salida de Lucas Silva.
Con la pareja Modric-Kroos como titular, para Benítez el brasileño compite con Illarra por el puesto de tercer mediocentro del equipo. No es una posición baladí porque ya la temporada pasada el alemán acabó muy castigado con el exceso de minutos (4.595’) y el equipo sufrió con la ausencia de Modric en sus dos periodos lesionado. Ahora ha aprovechado la lesión de Illarra, Casemiro toma ventaja…