Avisó Luis Guil de que, aunque sonara a tópico, el partido de cuartos siempre es el más importante en un campeonato: te manda a la lucha por las medallas o al destierro. Y España se estrelló en el Europeo Sub-18 ante Bosnia (64-70), definitivamente revelación de un torneo en el que nunca había pasado del duodécimo puesto.
A España le sentenció un pésimo último cuarto (9-23) en el que dejó escapar una renta de diez puntos (57-47) y le destrozó el martilleo del alero Edin Atic, un súper talento que estuvo cerca de ingresar en las categorías inferiores del Real Madrid hace dos años, cuando era cadete. Atic terminó con 28 puntos, 12 rebotes, 4 asistencias y 5 robos. Al descanso (36-40) llevaba 17 puntos y en el último cuarto anotó 7 pero decisivos: incendió a Bosnia con dos triples seguidos que anularon ese momento de break (de 57-47 a 57-53).
Hasta ahí, España había dado una zancada hacia semifinales en el tercer parcial, con una defensa que asfixió a Bosnia y los puntos de Xabi López (18 totales) y Sergio García (17). En casi siete minutos, la Selección sólo encajó un tiro libre y pasó del 43-46 al 55-47. Y de ahí al 57-47 tras la única canasta de Barreiro (se quedó en dos puntos, como Yusta) y el inicio de la pesadilla: casi seis minutos sin anotar y parcial de 0-14: 57-61. Bosnia cerró vías hacia su aro, metió manos por todas partes y encontró puntos más allá de Atic. España tuvo bola con 63-65 y menos de 50 segundos por jugar. Entonces apareció Durmo, que punteó un triple de Sergi García y sentenció con un mate y una bandeja en transición: 63-69.
En ese último parcial negro, España ni siquiera acertó con los tiros libres. Además firmó un 0/7 en triples en todo el segundo tiempo. Reboteó menos (30-32, 17 bosnios de ataque), repartió menos asistencias (15-21) y no perdió menos balones (11 por bando). En resumen, fue peor durante más minutos y sobre todo fue peor al final, en los decisivos. El castigo, no pelear por las medallas por segunda temporada consecutiva tras el bronce de 2013 y el oro de 2011.