Mike Scott está en un buen lío. El alero de Atlanta Hawks (27 años) fue detenido y acusado de posesión de drogas cuando viajaba (no conducía él) en su coche (un Chevrolet Tahoe) con su hermano Antonn, de 20 años. En su poder, más de 28 gramos de marihuana y casi 11 de MDMA.
Scott firmó un nuevo contrato con los Hawks el pasado verano por el que está percibiendo 10 millones de dólares hasta el cierre de la temporada 2016-17. La franquicia de Georgia ha emitido un comunicado en el que afirma que por ahora, y mientras se desentraman las resoluciones legales, no va a pronunciarse sobre la situación de su jugador, que tuvo que pagar una fianza de 8.100 dólares mientras que la de su hermano ascendió a 9.300 dólares tras ser acusado también de intento de fuga.
La detención se produjo cuando el vehículo de Scott no cedió el paso a un coche de policía mientras viajaba a casi 160 kilómetros por hora. De hecho, recorrió más de tres kilómetros antes de detenerse finalmente ante las indicaciones de los policías. El jugador viajaba a Virginia para celebrar su campus anual para niños en el que fue su instituto, Deep Creek High School (en Chesapeake).
Ahora le esperan, si no sucede nada extraño, fuertes sanciones tanto de los Hawks como de la NBA, que no tiene que esperar a que se resuelva legalmente el caso para intervenir y tomar medidas internas.