Se hacen apuestas para ver cuánto tardará WWE en atreverse a dar el último paso de la Revolución Femenil: que esta división estelarice WrestleMania con todas las de la ley. Mientras, tal vez haga falta que las mujeres pasen por todos los tipos de combate posibles habitualmente reservados para el género masculino, y uno de los que viene sonando recientemente es el Royal Rumble, cuyo PPV homónimo está a la vuelta de la esquina.
WWE tiene preparada una sorpresa tremenda para Royal Rumble
Sin embargo, parece que la idea de ver a luchadoras de Raw, SmackDown y tal vez NXT compitiendo por un boleto para el “Show de los Shows” no está en la agenda de WWE. Al menos por ahora. Así se señaló bajo la última edición de la Wrestlling Observer Radio, desestimando los rumores que apuntan a que el ascenso de cinco gladiadoras de la marca amarilla responde a la intención de aumentar el cupo de féminas de cara a un inminente Rumble.
Por ahora la petición de Becky Lynch y (suponemos que el de todas sus compañeras) tendrá que esperar hasta 2019, aunque a cambio, sí que cabe la posibilidad de ver otras estipulaciones como un TLC, el único de los habituales combates de la programación que resta por sumarse a esta particular revolución.
Un servidor predijo en un artículo que la llegada de “gimmick matches” cambiaría definitivamente el panorama, y los tres que incluí de potenciales ya se han realizado: Lucha de Última Mujer en Pie, Combate de Escaleras y Hell in a Cell, todos ellos rayando a un gran nivel considerando su condición de pioneros; especialmente en el caso del primero (un brutal duelo entre Asuka y Nikki Cross en el episodio de NXT del 28 de junio de este año).
Claro, se supone que un Rumble femenil implicaría un estelar en WrestleMania para la ganadora, y de momento, WWE es un mundo de hombres, como diría James Brown. ¿Se cumplirán los pronósticos de Bayley y dentro de dos años veremos una Batalla Real de 30 mujeres, o esto llegará antes?