Melani Costa hizo esta mañana lo más difícil, meterse en la final de los 400 libre con el octavo mejor tiempo en una carrera en la que no nadaba por el mejor lugar. En la última serie, con la estadounidense Katie Ledecky que comenzó a desmarcarse desde el primer metro, y por la calle 1, sin referencias, porque las posiciones de cabeza las ocupaban las nadadoras del otro costado, la balear logró arañar décimas en la última parte de la prueba y colarse en la final de esta tarde (4:07.58).
“Ya tengo la final. Ahora quiero suavizar, descansar y a ver qué estrategia hago esta tarde. Tengo que repasar los tiempos con mi entrenador”, destacó Melani. El margen de mejora es amplio. La nadadora llegaba a este Mundial con una marca personal de 4:06.92, lejos de su récord de España obtenido en los pasados Mundiales de Barcelona, cuando fue plata (4:02.92). “Me sentí bien, pero fui a mi carrera, tampoco me fijé en que la prueba iba por el otro lado”, añadió. “Hacía dos años que no competía en una prueba de este nivel”, dijo, teniendo en cuenta que en 2014 sufrió una lesión de rodilla que aún se está tratando.
Costa logra la primera final para la delegación española, que espera aumentar el número en el resto de días de competición. La nadadora entrenada por Bart Kizierowski tiene más pruebas en su programa: 200 libre, 200 espalda y 800 libre. Aunque son los 400 la que más opciones tiene de quedar arriba.