Llovía en Spielberg, tanto que tuvo que retrasarse el inicio de la segunda carrera del DTM, en la que Miguel Molina fue 14º y Dani Juncadella abandonó. Pero el agua no ha sido capaz de limpiar la polémica, el juego sucio con el que acabó la prueba. Timo Scheider protagonizó la discutible acción, justo cuando luchaba con Robert Wickens y Pascal Wehrlein por la sexta posición. "¡Timo, échalo fuera!", fue la explícita orden de equipo que el jefe de Audi Motorsport, el doctor Wolfgang Ullrich, dio a su piloto para que este arruinara la carrera de sus dos rivales de Mercedes.
"Lo que Timo ha hecho es empezar una guerra", afirma Wehrlein. "Me percaté de que había una conexión de radio una vez acabada la carrera, cuando revisé el vídeo, pero no escuché ningún comentario mientras pilotaba", alega Scheider.
Según se puede escuchar en la retransmisión televisiva, alguien ordena: “Timo, schieb ihn raus!”. Posteriormente, en declaraciones a la televisión alemana, Ullrich argumenta que no podía tratarse de él, puesto que no tiene conexión por radio con los pilotos, solo con los directores de los equipos.
En el bando rival, Mercedes, Ulrich Fritz afirma: "El desenlace fue decepcionante, ya que dos de nuestros coches estaban en muy buenas posiciones. Lo que vimos antes era una dura lucha por las posiciones delanteras, pero lo que pasó después no lo considero justo, fue claramente a propósito. Todos hemos escuchado la radio de Audi, donde alguien ordenaba a Timo que los echara fuera. Creo que eso no es lo que queremos ver en el DTM. Y estamos más que decepcionados por ello”.