—¿Cuáles son sus objetivos para el Mundial de Kazán que arranca hoy?
—Quiero mejorar los resultados obtenidos en el Mundial de Barcelona (dos oros y un bronce), donde viví una gran experiencia. Fueron especiales y me gustaría que los de ahora fuesen todavía mejor.
—Competirá en siete pruebas individuales más los relevos de su país. ¿Considera que si no nadase tantas pruebas tendría un mejor palmarés en Juegos Olímpicos y Mundiales?
—Me divierto compitiendo en muchas pruebas y en todas las competiciones posibles. Me encanta la natación y quiero estar presente en todo, porque siempre quiero dar lo máximo. No me gusta renunciar a nada y quiero intentarlo siempre. Creo que hago lo correcto.
—¿Le hubiera gustado medirse a Mireia Belmonte, ausente en este Mundial?
—Me gusta competir con ella. Es una lástima que no se haya recuperado porque es bueno que ella esté en esta competición y así las dos podamos dar lo máximo.
—¿Cómo define esta rivalidad que se ha creado y esta coincidencia en muchas pruebas de sus programas?
—A las dos nos gusta competir una contra la otra. Eso genera una competencia que nos ayuda a ser mejores. Queremos ganarnos, independientemente de la prueba, y eso siempre es bonito.
—¿En qué pruebas cree que Mireia es mejor que usted?
—Me preocupo de mí y no lo que hace ella. Intento dar lo mejor de mí en todo.
—¿Mira ya los Juegos de Río o todavía los ve lejos?
—Es una competición que está cerca. Pero me centro en cada prueba. Quiero llegar también a los Juegos del 2020, ya que me gusta competir y nadar. Espero hacerlo bien y poder seguir mejorando y disfrutando de este deporte.
—Usted tiene 26 años. ¿Considera que la edad no es un problema para seguir a este nivel competitivo?
—En muchos deportes sigues compitiendo con más de 30 años. Me siento bien, muy fuerte, y el tiempo no pasará factura si uno sigue trabajando. Quiero nadar, competir y nada me parará. Me sigo sintiendo joven.
—¿Cuál considera que es la clave de su éxito?
—Soy una luchadora y trabajo muchas horas. Mi cabeza está muy metida en la natación, vivo casi permanentemente pensando en este deporte.
—¿Cómo desconecta si su marido es, al mismo tiempo, su entrenador?
—Tenemos una empresa de deportes en Hungría y hacemos otras cosas para intentar desconectar. Pero siempre estamos pensando en el deporte, la verdad.
—Supongo que le será difícil algún día cambiar de entrenador.
—(Sonríe) Es difícil porque lo hace bastante bien. (El entrenador, que está observando, también sonríe).