El Granada dio una imagen tirando a floja en su quinto partido amistoso de esta pretemporada ante un Itthiad de Tánger, un recién ascendido a la máxima categoría del fútbol marroquí, que mostró muy buenas maneras. El equipo de Sandoval jugó de pena durante la primera parte. Después mejoró. Pero de manera muy leve.
El equipo rojiblanco salió fatal. Frío, sin velocidad ni concentración defensiva. A los nueve minutos una formidable jugada de su numero '9' Kachani Badr regaló un gol a Plazonic aprovechando un despiste defensivo, repetido un cuarto de hora después cuando el mencionado Badr, un futbolista muy habilidoso anotó el 2-0. El Arabi maquilló el desastre con un buen gol de delantero centro. Así se llegó al descanso.
En la segunda parte Sandoval realizó los siete cambios permitidos en este torneo donde se premia el prestigio en aras de la paciencia. Nada. Con Success consiguió algo de velocidad. Pero le faltó potencia en el centro del campo, consistencia en el centro de la defensa y superioridad en las bandas.
Apenas se crearon ocasiones. Ausencia de pegada y soledad absoluta de El Arabi. El Granada no tuvo su mejor noche y se dejó gobernar por un equipo que puso más ilusión. De poco le sirvió al Granada su orgullo. Las cosas no salieron bien. La ideal del técnico madrileño, basada en el buen fútbol, necesita fortaleza. Muchos errores defensivos. Demasiadas facilidades y situaciones estratégicas que deben ser muy mejorables. Este Granada debe conjuntarse y que los fichajes que se esperan terminen por aparecer cuanto antes.