En el 2016, noviembre fue un mes marcado en la historia de los Estados Unidos. Donald Trump era dado a conocer como el nuevo presidente del país, y parecían que aquellas advertencias lanzadas en contra de México, podrían llevarse a cabo lo más pronto posible. Este suceso fue bien aprovechada por Sam Adonis, un luchador estadunidense que incursionó en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) a finales de aquel año, y que echó andar un personaje que evidenciaba su total apoyo con una bandera de las barras y las estrellas que tiene impregnado el rostro del actual mandatario.
Adonis es nacido en Pittsburgh, Estados Unidos, y a su corta edad comenzó el gusto gracias a su papá, quien le transmitió la lucha mexicana. Una pasión que se fue haciendo más grande hasta que comenzó a entrenarse para convertirse en un guerrero del ring más. La idea de ser el luchador de Donald Trump nunca fue el objetivo en sus inicios de su carrera, su propósito de pelear en México siempre lo tuvo presente, hasta finales del 2016 cuando decidió emigrar al país y convertir ese sueño en realidad.
A pesar de ser reconocido como el luchador de Trump, no le molesta que la afición sea grosera con él, ya que lo considera como su “gasolina” el poder enardecerlos, gracias a su personaje que utiliza exclusivamente en México. Un tópico que le ha dado mucho éxito y ganancias en un año de carrera dentro del CMLL.
“La gente mexicana me encanta. Siempre están enojados conmigo, me dicen groserías como ¡chinga tu madre! o ¡ya cállate, pendejo! Muchas cosas. Por eso también me encanta la lucha libre en México”, señaló.
Pero no sólo la afición le ha tenido odio a Sam, algunos compañeros de lucha, aquí en México, también se han involucrado con esa esencia, al punto de no tener buena comunicación con el también llamado el “Rudo de las chicas”
“Muchos luchadores del mundo vienen aquí a ser rudos, y esos rudos están juntos. Yo por representar a un personaje quien dice muchas cosas malas de México, no quieren nada conmigo. Yo estoy solitario en el vestuario porque muchos rudos son rudos, pero primero están los mexicanos”, reconoce Adonis.
Algunos fanáticos saben distinguir el papel de Sam arriba del ring y sólo se liberan con gritos en contra. Otros, han rebasado esa línea de fanatismo para hacérselo saber personalmente fuera del cuadrilátero.
“La verdad muchas luchas están en lugares peligrosos. Una vez iba saliendo de la arena Neza y una persona me estaba esperando en su camioneta y me dijo ‘dónde vas, gringo, qué haces’, además de groserías. Yo quería pasar, pero él era muy persistente. En ese momento, unas personas se me acercaron y me dijeron ‘cuidado con él’. Muchos mexicanos se fueron conmigo hasta mi coche. He tenido mucha suerte con la gente de aquí”, dijo.
Sam reconoce esa delgada línea en su papel arriba del cuadrilátero y su vida diaria. Un peleador que en realidad no odia a los mexicanos, y que, incluso, cuenta con una novia nacida en el país, espera quedarse durante mucho tiempo para cumplir un sueño que comenzó desde los 5 años. Ahora, con un reconocimiento dentro de este deporte, quiere ser de los mejores villanos en la lucha libre mexicana con un personaje que, tras ser aborrecido por los aficionados, supo ganarse la admiración de estos mismos seguidores.