203 kilómetros en una etapa que por encima parecía fácil pero que resultó siendo la peor que los ciclistas han tenido que encarar en la edición 65 de la Vuelta a Colombia. Esa fue la que ganó Edwin Sánchez del EBSA Boyacá.
Además de confirmar a su equipo como uno de los mejores de la Vuelta con dos victorias consecutivas, también ratificó que conocía la vía, sus condiciones y tenía claro que no era tan fácil como se pensaba.
A pesar de que es plana y tiene algunos obstáculos montañosos que no tienen la dureza de los puertos de más categoría, el clima hace que los corredores sientan mucho más el peso de estar sentados en la bicicleta.
La ventaja que llevaba Edwin es que es de Caparrapí, Cundinamarca, población cercana a Guaduas y su experiencia entrenando en la nueva Ruta del Sol, lo llevó a la victoria.
“La fuga se hizo al principio de la carrera, íbamos muchos pero luego no la dejaron, se fueron quedando corredores importantes en la lucha por la general. Pero fue una etapa muy dura, con mucho calor, con terreno quebrado, la brisa pegaba muy fuerte, pero bueno el terreno era conocido para mí, yo soy de acá cerca y pude ganar”, dijo.
Y añadió, “la esperaba difícil porque la conozco, muchos decían que era una etapa de transición pero nunca hay etapas de transición. El terreno era muy duro, la subida no era tan dura pero el viento te pegaba y calentaba demasiado”.
Pero además de soportar la inclemencia del clima, Sánchez tuvo que sobreponerse a dos averías mecánicas que pudieron poner fin a su sueño de victoria, “fue una adrenalina total porque tuve un problema mecánico en la bicicleta. Tú sueñas a veces con ganar pero en un momento se te va la ilusión. A veces hay rabia y desespero pero el técnico estuvo pendiente y me cambió la bicicleta”.
Otro en su lugar pudo haberse rendido y pensar que el lote venía cerca, que el clima estaba duro y que en la subida lo alcanzaban, pero Sánchez no, “uno a veces es incrédulo y no confía pero siempre he dicho que hasta que no pases la línea no eres ganador. Atrás venían rápido, eran equipos interesados en la general pero tuve tranquilidad y pude llegar primero”.
Ya en la meta, pareció que Caparrapí se hubiera trasladado a Guaduas, “sentí los gritos de la gente, es como si fuese mi pueblo”, dijo con emoción.