Con la séptima mejor marca, Jessica Vall se ha metido en la final de los 200 braza, el sueño que perseguía cuando comenzó a prepararse de forma seria la natación. La catalana, de 26 años, ha realizado una carrera inteligente, en progresivo, como acostumbra a hacer, y se ha quedado a solo dos centésimas del récord de España (2:22.90), señal inequívoca de que ha llegado en un momento óptimo y de que mañana, en la final, podría pulverizar esa marca y acercarse a la final.
La final se antoja igualada por el tacticismo de esta prueba. Aunque la danesa Peddersen, la estadounidense Lawrence y la japonesa Watanabe parten como favoritas a las medallas, el resto de nadadoras, entre las que se encuentra Vall, pueden tener opciones de pelear en función del desarrollo de la competición. La nadadora del CN Sant Andreu cuenta con un gran final. De hecho, en las semifinales ha sido la segunda de las 16 nadadoras que ha tardado menos en nadar el último 50.
Vall modificó esta temporada su entrenamiento con tal de llegar a este Mundial en sus mejores condiciones. El curso pasado no fue así, y estableció mejores marcas en el Open de España de Primavera que en el Europeo de Berlín, donde se colgó el bronce en esta misma prueba. La discípula de Jordi Jou espera brillar en la que será su primera final mundialista.
Marina García ha quedado última de su serie y de la semifinal, con un tiempo de 2:25.52. En la misma serie que Vall, la otra participante española sigue centrada en sus estudios en Estados Unidos y continuará allí la próxima temporada.