En la primera serie de las eliminatorias de 50 mariposa competirá una niña de 10 años. Alzain Tareq nació en 2005, es de Bahrain y ganó el campeonato nacional absoluto de su país, en el que, y según sus padres, “participaban nadadores de todas las edades”. Su marca es la peor de las inscritas (41.12). Su edad no es un problema para la Federación Internacional (FINA), que no pone límites, no así como la LEN (Europea) o el Comité Olímpico, organismos que no dejan que deportistas menores de 14 años tomen parte en la competición.
“Será una experiencia inolvidable”, repite su padre, un nadador ya retirado. Sus responsables explican que nada cinco días a la semana en sesiones de mañana y tarde, compaginando esta disciplina con los estudios, pues la niña comenzaría 5º de Primaria en septiembre. “Lo que más me emociona es conocer a Sarah Sjöstrom”, añade una niña que se lanzó por primera vez al agua con cuatro años. Tareq quiere ser como Sjöstrom: ella se ha especializado en sus mismas pruebas.
Al margen de los 50 mariposa, Tareq también se lanzará al agua en los 50 libre, donde posee una de las peores marcas (38.21), pero, curiosamente, no la más baja pese a tener solo 10 años.
La joven nadadora es la más pequeña de las participantes, pero hay otra nadadora menor de esos limítrofes 14 años. Se trata de San Su Moe Theint y es de Myanmar, quien también nadará el 50 libre y cuenta con una de las mejores marcas de su serie, por debajo de los 30 segundos. Esta nadadora tiene un registro dos segundos por encima del récord de España de 13 años.
La natación siempre ha sido un deporte precoz. No hay ejemplos como el de Tareq pero sí similares. La japonesa Kyoko Iwasaki ganó el oro en Barcelona 92 en los 200 braza cuando solo tenía 14 años y seis días. Aún a día de hoy sigue siendo la nadadora más joven en ser campeona olímpica. Y, en Seúl-88, la húngara Kristina Egerszegi fue oro en 200 espalda con 14 años y un mes ante la fuerte RDA.