Luego de meses de especulaciones, Ronda Rousey debutó en WWE durante el epílogo de Royal Rumble. La ex Campeona Mundial de Peso Gallo UFC subió al cuadrilátero y tuvo un leve careo con la ganadora de la campal femenil, Asuka (quien estaba por elegir rival para WrestleMania) y luego señalar el logo de WrestleMania 34 e irse con saludos a los espectadores que habían asistido al evento.
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La llegada de la peleadora a la promoción luchística era algo que iba a suceder tarde o temprano. Es bien conocida la afición que tiene “Rowdy” (apodo que el mismo Roddy Pipper le heredó) por la lucha libre profesional. Sin embargo, algunos fanáticos todavía no soportan la idea de que alguien de UFC llegue a WWE; peor aun, no quieren aceptar el lugar privilegiado que la compañía de Vince McMahon está dispuesta a darle.
¿Por qué recibe Rousey tantas críticas si jamás la hemos visto en un ring? Porque Rousey viene del mundo de las MMA, deporte que para muchos arruinó a Brock Lesnar y lo convirtió en el luchador “vago” que es actualmente.
Otro aspecto que se le critica a Rousey es que podría opacar a las luchadoras que comenzaron la Revolución Femenil, lo cual no tiene sentido porque la que inició la revolución fue justamente Rousey, pues en UFC demostró que una mujer puede ser igual de exitosa y taquillera que un hombre, rompiendo records de recaudación con sus defensas al título
Además, las tan aclamadas Cuatro Jinetas de WWE no son más que un grupo basado en las verdaderas Cuatro Jinetas, compuestas por Jessamyn Duke, Marina Shafir, Shayna Bazsler y la misma Rousey.
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Muchos aficionados insisten en que Rousey no puede llegar a WWE e introducirse en el plano estelar porque “tiene que trabajar de abajo para llegar al podio”, y si bien este argumento guarda su lógica, no se puede aplicar al caso de la peleadora, porque no es otra competidora, es la estrella femenil más taquillera que ha existido en los deportes de combate.
En su punto más alto en UFC, Rousey ganaba en una pelea lo que gana el elenco de alguna de las dos marcas de WWE en un año. Alguien de ese nivel no puede sino recibir un trato especial.
Rousey podría convertirse en la luchadora profesional más legítima en la historia. No sólo es ex campeona en UFC, sino que además es medalla olímpica de bronce en Judo. Técnicamente, tiene todo lo necesario para dominar ambas divisiones sin mosquearse. Por fin Estados Unidos tiene una luchadora que pueden presumir como mejor que cualquier japonesa.
Por supuesto todo podría irse por la borda si manejan a Rousey como una más. El único camino inteligente es darle un lugar similar al de Brock Lesnar, para que sus luchas sean especiales y siempre tengan un aura de autenticidad. Así, estaríamos delante de la Superestrella femenil WWE más grande de la era moderna.