El centro de prensa de La Serena funciona en un coliseo de baloncesto a un costado del estadio La Portada que la organización adaptó como sala de operaciones para los periodistas. Tiene 243 puestos con una robusta conexión a Internet para que cada uno envíe fotos, textos, videos y salga en directo por la radio o por televisión.
Pero a esta hora, a las 9 de la noche en Chile, apenas queda un puñado de colegas. Una radio paraguaya que ofrece la transmisión del partido Colombia-Brasil desde el Monumental de Santiago y otros tantos argentinos y uruguayos, locales en la ciudad, que terminan de enviar las últimas noticias de sus selecciones.
Con el lugar casi vacío, el frío gana terreno. Las pantallas, una de ellas gigante, proyectan el partido de Colombia-Brasil. Están en los himnos y desde un periodista argentino viene el primer aviso de hermandad futbolera por los próximos 90 minutos.
“El mundo es un lugar mejor cada vez que pierde Brasil. Se los pido por favor, que ganen con un gol de Teo, ojalá en el último minuto y en fuera de juego”. El pedido es de Martín Goldbart, de la agencia de noticias Telám, con sede en Buenos Aires. No hace falta preguntarle por su fanatismo por River Plate y por el delantero barranquillero.
En Santiago, Carlos Sánchez se bate como león ante Neymar. James toca con zurda para Cuadrado y este con Teo. Falcao lucha contra tres brasileños que lo bajan con falta. Murillo está cerca de cerrar heridas y de zurda marca el gol con el que vence a Jefferson.
“Gooooooool, carajo. Gooooool”. El grito con los brazos en alto y puños apretados que retumba en la sala es de Maximiliano de Vita Lemus, cronista de Radio Belgrano 650 AM en la capital argentina.
Cómo lo gritaste, muy eufórico…
“Sí, muy pero muy eufórico, muy contento. Es por esta histórica rivalidad entre Argentina y Brasil y tratar de que bueno, Brasil pierda ese invicto de varios partidos que tiene, como lo ha cosechado en estos meses desde que asumió Dunga el comando del equipo. Sería bueno que Colombia en esta competición internacional corte con este invicto”.
Con ese apoyo, se hace más fácil soportar el segundo tiempo en el que Brasil apura y Colombia resiste más cerca de David Ospina. La pelota es de los pentacampeones pero Marcelo hace el aguante. “Quedate tranquilo, que Teo hace el segundo, se saca la camiseta amarilla y debajo tiene la de River”.
Pero Pékerman tiene otros planes para el atacante. Manda a la cancha a Carlos Bacca al que le cuesta conectarse con James para sostener la victoria en campo rival. Quedan cinco minutos y los centros ocupan nuestra área. Osses termina el partido. Los abrazos y las felicitaciones se sienten como propias.
“Siempre es bueno que Brasil pierda y si pierde a manos de un buen equipo como Colombia, mejor todavía. Todos contentos. Soy de River, faltó el gol de Teo, pero con tal de que pierda Brasil, que el gol lo haga cualquiera”, comenta Goldbart, mientras termina la crónica para su agencia.
¿Qué va a decir la crónica del partido…?
“Colombia finalista”, responde.
“¿Con Argentina?
“Ya veremos”, termina.
No queda nadie en la sala de prensa. El frío impuso su ley. Colombia ganó y dejó una hermandad por 90 minutos. El fútbol, a veces todo lo puede.
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