Contar con la exposición que supone el epílogo de todo un señor PPV como Royal Rumble es un privilegio reservado para muy pocos. Por eso se intuye que WWE planea algo grande con Ronda Rousey, quien como agradecimiento, tributó con su indumentaria a Roddy Piper. Y es que esta fallecida leyenda resultó siempre una inspiración para la luchadora, de quien parece que ha tomado definitivamente el apodo de “Rowdy”, y que incluso busca registrar a su favor.
Una de las partes más positivas de rendir tributo al pasado es que nuevos aficionados podrán empaparse de él. Jóvenes seguidores que ahora descubren al también llamado “Hot Rod”, y que se darán cuenta de por qué una figura de la talla de Rousey basó toda su carrera en la personalidad de Roderick George Toombs. Tal vez el mejor rudo de la historia de la lucha libre estadounidense, fuera de este mundo, Piper también ha pasado al imaginario colectivo. Su papel protagonista en They Live, cinta de culto dirigida por John Carpenter en 1988, lo convirtió con el paso del tiempo en un icono cultural.
Y es que como muchos de los grandes nombres de la industria del entretenimiento, la persona y el personaje eran igual de apasionantes. Pocas entrevistas protagonizadas por él son desechables, y aquí en SÚPER LUCHAS queremos rescatar una de IGN.com, con fecha del 11 de marzo de 2010. Piper hacía por entonces apariciones destacadas en su antigua compañía, y poco después sirvió de introductor de Wendi Richter al Salón de la Fama.
Aunque la coyuntura que propició esta charla fue la de su aparición en un episodio de la serie Cold Case. No obstante, la popularidad extra-luchística de Piper estaba de nuevo en alza debido a su combate contra Chris Jericho en WrestleMania 25, donde formó equipo con Jimmy Snuka y Ricky Steamboat.
Como primer punto rescatable, resulta curiosa la opinión que Piper guardaba sobre TNA, que entonces vivía un momentáneo tirón con la llegada de Hulk Hogan y su ambicioso posicionamiento en las noches de los lunes, compitiendo directamente con Raw. Y de paso, este recuerda un particular récord.
“He visto TNA. Me encanta. La competencia es genial. Me encantaría que todos lo aceptaran, incluyendo WWE. Es otro lugar para que jóvenes y fantásticos luchadores crezcan y espero que todos dejen que ese talento ascienda y no lo bloqueen. Cuando yo comencé había mucho bloqueo y tuve que pelear por abrirme camino. Y espero que esa parte ya se termine. Pero tú sabes, bien por Hogan por intentar apoyar otros dominios. Y bien por McMahon por defender el único que tiene. No estoy de ningún lado. Soy fan de ambos. Tú sabes, empecé con quince años. Eso es una especie de récord. Fui el luchador profesional más joven de la historia“.
¿Por qué decidió dedicarse a esta disciplina? Una pregunta tan simple propicia una respuesta antológica, que pinta una bella estampa de los inicios de la lucha libre estadounidense, y nos remonta al primer “wrestler”.
“Me fui de casa con trece años, dormía donde podía, y con quince me convertí en campeón de lucha amateur 167 y campeón Golden Gloves en Winnipeg, Manitoba. Vivía en un albergue juvenil. Liga Atlética de Policía. Y mi entrenador de lucha amateur era, tú sabes que la lucha libre profesional llegó a través de Verne Gagne a Canadá, y mi entrenador era un árbitro. Y una noche alguien no vino y yo estaba tocando la gaita, y mi banda de gaitas me llevó al ring. Sólo fui un suplente. Me pagaron 25 dólares y me sacaron de allí, me metieron en una furgoneta y me pasaron a hurtadillas por la frontera. Antes de eso, nunca había visto un combate de lucha libre. Tú sabes, mi madre era la mujer barbuda y mi padre un hombre lobo. Tú sabes, crecí en esa escena. De muy joven me enseñaron que ‘nunca lleves un cuchillo sin afilar o una pistola sin balas. Ninguno te ayudará. Sólo te meterán en la cárcel’. Y eso fue una regla de oro. Ya sabes, no lo hagas. Una tontería. Es una sociedad encerrada en sí misma. ¿Sabes cómo empezó la lucha libre?
“Sí, como el carnaval. Más o menos. Imagina un carnaval que llega a la ciudad, uno que se parece a ‘Little House on the Prairie’, y las carretas cubiertas pasando y allí estan La Mujer Barbuda y el Hombre Forzudo y algunos animales. Y también está El Luchador. Y la noche antes del domingo de carnaval, hay gente en los bares. Y la gente del carnaval sabe dónde están los tipos duros. Y ellos hablan de El Luchador. Y por la tarde, al día siguiente, todos bajan y algún lugareño se enfrenta a él quizás por cinco centavos o algo así. Y si ganas obtienes cincuenta centavos. Y el luchador le hace un agarre, y hay un agarre llamado ‘El Agarre Dulce’, que hace que toda la sangre vaya a tu cabeza y la sangre salga de tus ojos, nariz y oídos, etcétera. Pero no hay cuenta de tres. Así que el Luchador le hace este agarre y le golpea en los riñoñes, lo que hace gritar al tipo. Y bueno, el público se pone tan furioso que de pronto otro tipo salta y dice, ‘¡Me enfrento a ti!’ Y el promotor sale y dice, ‘¡Guau!’ Y el Luchador deja ir al tipo y el promotor dice, ‘Mi tipo ya ha luchado. ¡Vuelve esta noche!’ Y todos vuelven esa noche, pero el tipo que salta es parte del carnaval. Todos vuelven y pagan otros cinco centavos. Así empezó la lucha libre“.
Como epílogo, Piper respondió a la pregunta de si alguna vez creyó que este arte estuviera tan al alza, teniendo en cuenta aquellos inicios.
“Oh, tío. Nunca lo creí. Recuerdo la primera WrestleMania con Frank Sinatra. Jimmy The Greek estaba recogiendo apuestas en Las Vegas. Fue algo loco. Algo increíblemente loco. Tú sabes, muchos tipos ya no están aquí. Muchos tipos han muerto. Todos mis hermanos han muerto. Es un negocio muy serio y lo que ves ahora… no, nunca pensé que se convertiría en la industria que es ahora. Estoy muy contento por los tipos de ahora. Los Jerichos. Tú sabes, bien por ti, Chris Jericho. Bien por ti, Big Show. Hay otros tipos por ahí. Edge. Cena. Batista. Son buenos hombres y merecen ser tratados bien, y son tratados bien. Yo viví un infierno al principio. Fue muy duro“.
La entrevista íntegra de IGN.com a Roddy Piper puede leerse aquí.