¿Qué es una paradoja?, según la real academia de la lengua es un dicho o hecho que parece contrario a la lógica. De forma semántica, el significado de la palabra en muchas ocasiones representa un golpe a las pretensiones e ideas que puedes plantear, sobre todo, en el plano de los negocios.
La WWE, la empresa más grande de entretenimiento luchistico del mundo, se ha dedicado ir en contra de la idea general de una palabra en sí inquietante. Desde su creación en 1963, la empresa ha sellado desde muchas trincheras una marca que suscribe calidad, entretenimiento y grandes espectáculos, siempre, en pro de un público que en la mayoría de las ocasiones no entiende el por qué de muchas decisiones que se ciernen sobre el ring.
Sí, la WWE es una empresa. Sí, la WWE crea talento. Sí, la WWE puede destruirlos de cualquier manera.
Entonces, poniéndose estrictos y románticos con el concepto de lucha libre, la empresa no es tan justa con los talentos que llegan a sus filas y que hoy, al pasar por su marca de promoción (NXT), evolucionan como probables grandes estrellas que se resquebrajan de una forma impresionante al llegar al roster principal.
A lo largo de los años como escritor de lucha libre me he encontrado con noticias tan decepcionantes que llegan a golpear la consciencia sobre el cómo y por qué, jóvenes talentos se arriesgan a levantar la mano a sabiendas de que probablemente es opción sea su perdición, o en ciertos garbanzos de a libra, su renacer en una disciplina que es tan emocionante como ingrata.
Por lo tanto, es importante reconocer algunos factores que hoy determinan en la empresa una paradoja que se debe resolver de forma inmediata, o bien jugar más con ciertos personajes que probablemente se conviertan en leyendas; algo, que nunca se sabrá si Vince McMahon y compañía no aprenden a arriesgarse en pro de la calidad del espectáculo y frenar el aumento de un elenco que hoy se centra en los mismos talentos, poca calidad luchística y muchos abucheos que se multiplican en cada presentación.
A continuación, me atrevo a presentarles, desde mi punto de vista, cuáles son los puntos clave de este inquietante fenómeno del talento en la WWE:
Ser la única empresa
El llegar a la WWE no es empresa fácil, algo que es uno de los mayores problemas que enfrenta la comunidad luchística local y en ocasiones internacional. Muchos talentos tocan a diario sus puertas y ven como muy pocos llegan al elenco principal de una forma fehaciente. NXT creó una forma de llegar a las marquesinas, pero, como tal, también elevó la calidad del producto que, en muchas ocasiones, sobrepasa a las dos marcas principales de la empresa. El convertirse en la única empresa (TNA se convirtió en una interesante competencia sin llegar a apuntalarse como tal) lo convierte en un animal que se devora solo y que lentamente se resquebraja tratando de encontrar una credibilidad que ya perdió desde hace mucho tiempo.
Sí la empresa convoca el talento, y como tal, debe promocionar sus logros más allá de un territorio de formación. El vórtice específico que crea la WWE debe servir de catapulta, no como lapidario de talentos tan importantes en circuitos independientes que deciden abandonarla antes de ser un nombre más en la larga lista de patiños sin esperanza, como fue el caso de Austin Aries que abandonó la empresa en el 2017.
Falta de una promoción específica real
Vamos a ponernos nacionalistas. Todos recordamos los promocionales que aparecieron muchos meses antes del debut de uno de los mexicanos más representativos de los últimos años de la empresa. Su forma de expresarse. La venta como un hombre déspota y creído, y la simple creación del personaje desde el territorio de formación, hicieron que Alberto del Río, incidiera como un cuchillo caliente en mantequilla. Al parecer, la empresa ha dejado de lado lo importante que es una identidad con el personaje, misma que el mismo público decidirá si es conveniente para las historias o no. Luchadores tan importantes como Samoa Joe (por citar un ejemplo) llegaron al elenco principal sin una “preparación” del público, lo que hicieron que su llegada como “guardaespaldas” de Triple H vs. Seth Rollins no tuviera una aceptación tan grande como se le esperaba a un hombre tan impresionante como Joe.
La empresa se ha preocupado más por el valor comercial de un personaje que crear en el espectador una relación más profunda, de mayor apego y, sobre todo, algo que trascienda las barreras de lo normal. The Shield fue el último gran producto que tuvo la WWE. The Ascensión y Sin cara sus mayores fracasos, ahora, sería conveniente preguntarnos: ¿Qué deben hacer para crear más que un personaje?
Historias pésimas y predecibles
Utilizar un luchador de forma exitosa sobre el ring, depende 100% de la calidad del producto que le entregue el creativo al aficionado. En muchas ocasiones, la falta de técnica y talento sobre el ring, se compensan con buenas historias que le dan al luchador un brillo específico, tal es el caso por ejemplo de Braun Strowman vs. Brock Lesnar en Royal Rumble. Dos tipos tan devastadores, pero sin un brillo en el ring, solo destruir todo a su paso, en un choque de titanes que vende al por mayor por la integridad del argumento físico, y nada más.
Muchos luchadores se han perdido en ese limbo que provocan las historias en la WWE, una empresa que debe reconocer que sus leyendas ya se están apagando, y los nuevos talentos necesitan más que una racha de victorias o derrotas para estar en el gusto del público. Bray Wyatt, sí, ese personaje “sobrenatural” que se antojaba como el sustituto natural del Undertaker, hoy, se ha convertido en el talento más desperdiciado del elenco no explotar ese lado “oscuro” con una hermana Abigail que solamente es la sombra de esa conexión con el inframundo.
Sí. La WWE ha dejado de lado las historias que mantenían de cerca al espectador en la pantalla. La desafortunada decisión de tener a un campeón ausente (RAW) y campeones tan irrelevantes como sustituibles (SmackDown) se antojaba para detonar historias y nuevos talentos de la mano de muchas subhistorias entretejidas, en una época de creación, algo, que la empresa ha olvidado por completo.
Los arranques de Vince McMahon
Sí, definitivamente es un punto que se les puede antojar tan risible como irrelevante, pero no lo es. Vince McMahon es el hombre que mantiene el curso de un barco que desde hace muchos años sigue a flote por un cariño de los fans, y no tanto por la calidad del producto. La mano de Triple H se notó en muchos sentidos desde que el mandamás se alejo de los planos principales, sin embargo, la falta de cohesión de ideas con su yerno, lo han relevado a una gerencia general de la marca NXT, donde creo, ha sido pieza fundamental.
Mr. McMahon se niega a dejar el banquillo (es obvio, es su empresa) sin embargo el empuje que puede darse con la separación de marcas y la libertad tanto de creativos, luchadores como manejadores, se debe cultivar desde la frescura de los hombres y mujeres que ven en el producto una oportunidad más que una marca o una acción en la bolsa.
La creación de la división femenil (Algo a lo cual VinceMr. McMahon se negaba rotundamente) es el mejor ejemplo de que ante los nuevos tiempos, su visión ya es arcaica y los nuevos modelos de competición deben cambiar, o si no, los fans que tanto aman la empresa, terminarán por hartarse de sus desplantes que han abaratado un producto tan prolífico como la WWE.
Pérdida de identidad competitiva
John Cena, Randy Orton, Roman Reings, Seth Rollins, Lesnar, Strowman, AJ Styles, Chris , Kevin Owens, Shinsuke Nakamura, Finn Bálor. Al parecer, la empresa solamente crea historias para esos personajes. Más de 129 luchadores entre las dos marcas se rifan cada noche en los house shows, y demás eventos no televisados, para que al final, los planos principales se centren en solamente un puñado de ejemplares que en ocasiones dejan mucho que desear. Sí, efectivamente, no todos pueden estar en los planos principales, sin embargo, luchadores de una calidad luchística comprobada como Cesaro (por citar un ejemplo) se encuentran flotando en un campeonato de parejas que desde hace mucho tiempo es la antesala de salida de los planos principales. Un luchador con empuje, técnica y fuelle impresionantes como Dolph Ziggler son borrados de la carrera de los campeonatos de la marca, e impresionantes luchadores por su tamaño y fortaleza como Baron Corbin, se tienen que servir de las sobras de un plato que ni siquiera es parte de la comida principal.
La presencia de Lesnar ha empañado un poco la esencia de lo que antes era, a todas luces, el mejor momentum de cualquier lucha. Un campeón ausente ha demeritado un poco cada lucha, sobre todo, al ver como el suelo es trapeado con su persona como paso en el Royal Rumble y todo lo decide un F5 sin ningún merito técnico relevante. La presencia de este tipo de personajes como Lesnar, ha obligado que campeonatos como el de los Estados Unidos y el Intercontinental salga de baúl para convertirlos en un aliciente para los luchadores que, a pesar de ello, siguen sin figurar en ningún sentido.
Los campeonatos de parejas y los campeonatos de la división femenil son el mejor ejemplo de la identidad competitiva que la empresa proponía noche a noche, algo, que, al parecer, con el termino de contrato de Lesnar en este año, pueden convertirse de nuevo en rellenos de lujo en una empresa que observa tan solo el año pasado, como tuvieron un solo campeón en la marca roja mientras que en la marca azul se manoseaba el campeonato de una forma tan vulgar para el olvido.
WWE se encuentra en una paradoja de talento desde hace muchos años. Decenas de luchadores que día a día pasan por su ring, son el mejor ejemplo de qué, al igual que sus ganancias, la empresa se dedica a crear sin pensar en la calidad del producto. Muchos luchadores han salido de la empresa (como ha pasado desde hace muchos años) dejando huecos muy complicados de llenar, como CM Punk, Jerico o el mismo Hulk Hogan, que aún ve como la ingratitud de un deporte tan efímero como una caída, pasa por sus ojos olvidando el estandarte que alguna vez fue, no solo para la empresa, sino para el mundo de la lucha libre.
Así, en un intercambio de ideas, es importante reconocer que la empresa se dedica 100% a crear billetes, olvidando que, en ocasiones, lo más importante que puede entregarle a un espectador es una historia sólida, un ring de calidad, y un roster que no viva entre la oportunidad y la paradoja del talento.
Hasta la próxima.