La guerra de provocaciones entre Floyd Mayweather Jr. y Conor Mcgregor como preludio de su verosímil pelea de revacha en el octágono provocó que se comenzara a especular si en realidad el mundo necesita un segundo episodio de la fabricada rivalidad.
Floyd Mayweather Jr. está retirado definitivamente del boxeo, mientras que
el artista marcial irlandés aún tiene cuentas pendientes que saldar en su deporte que los aficionados se han encargado de echarle en cara.
A pesar de las evidentes desventajas que Floyd tendría en las artes marciales mixtas, éste no deja de "picar" a quien fuera su oponente en agosto del año pasado.
Hace unos días, McGregor declaró que está negociando su próxima pelea porque
tiene varias opciones en puerta como el actual campeón interino, Tony Ferguson, el imparable ruso Khabib Nurmagomedov,
quien ya le madó el reto vía Twitter
, o la trilogía con Nate Diaz,
quien también ya mordió el anzuelo
. Desde luego, no descarta la anhelada guerra contra Mayweather, pero es algo que no debería preocupar a un McGregor que bien podría pasar el resto del 2018 muy ocupado.
Las opciones son claras, y
una contienda ante el invicto exboxeadorestadounidense serviría sólo para generar más dinero y morbo entre la fanaticada de ambos deportes, pero no para el legado de 'The Notorious' en las MMA.
Los rumores sobre el choque entre Mayweather y McGregor seguirán circulando en las próximas semanas.
Se habla de una pelea de más de 500 millones de dólares que habría sido firmada después de que el irlandés aceptara calzarse los guantes de boxeador, pero nada es seguro hasta que se anuncie lo impensable, tal y como sucedió el año pasado.