David Benavidez se establece como un campeón sólido a cada combate por la muestra de boxeo que da en cada uno.
En esta ocasión enfrentó a Ronald Gavril en calidad de revancha. En la primera pelea hubo “dudas”. En la segunda se disiparon.
Aunque Gavril se fue desde el inicio con todo al ataque sobre Benavidez, pero el mexicoamericano fue muy listo.
Arriba del ring se desplazó con seguridad y buena colocación con respecto a la superficie de comabte.
A pesar de que es más largo que Gavril, Benavidez entró al intercambio en corto y pegó tan fuerte que hizo retroceder al rival.
Gavril trató de atacar, de hacer una pelea diferente para poder hacer puntos con golpes de poder. Muchos no llegaron a destino.
El acierto fundamental del triunfo de Benavidez fue su sólido avance. Aún recibiendo golpes fue hacia el frente.
También Benavidez solto las manos, muchos golpes de poder, alternados arriba y abajo para lastimar al rival.
Eso le permitió apoderarse de las acciones sobre el ring, de modo que su ritmo y su distancia del combate reinaron.
La circulación por la superficie de combate también fue un toque interesante de la pelea. Obvio fue propuesto por Benavidez, porque hizo lo que quiso en el ring, pero hizo gala del uso de lona para complicarle la existencia a Gavril.
No hubo poder humano sobre el ring capaz de detene lo que hizo David Benavidez la noche del sábado 17 de febrero.
No fue por falta de intento de parte de Gavril, sino por la superioridad mostrada por Benavidez ante lo que le presentó el rival.
No quedó duda. Si hubo quién discutió la decisión dividida del primer combate de Benavidez y Gavril, en esta ocasión David Benavidez dejó claro que es superior y digno de mantenerse como campeón supermedio del Consejo Mundial de Boxeo.