Que hermosura. Que gesto de complicidad tan natural y espontáneo. Que divertido ir a un concierto y que el cantante dedique unas emocionadas palabras a la ciudad en la que está tocando. Es una de las tradiciones más arraigadas en el mundo del rock. Y de las más bonitas. Y elegantes, si se me permite. Eso y la simulación de los bises, en la que ya nadie pide "otra" pero los artistas se van y vuelven por aquello de seguir con lo de toda la vida. Que no nos falten nunca.
Valga este párrafo introductorio para decir que Mick Jagger, al que conoceréis por ser el cantante de unos tales Rolling Stones, se marcó ayer en Nashville, Tennessee, un momento de especial conexión y natural intimidad con quienes fueron a verle al decir "LP Field, hogar de los viejos y conquistadores Titans..." y haciendo una larga pausa para aumentar el dramatismo añadió "el año que viene tenéis a Marcus". Ovación. Que emotivo que se acordase del bueno de Mariota.
Es cierto que he leído a algún que otro personaje, porque no merece otro calificativo, decir que no hizo una pausa dramática sino que corrió a preguntar de nuevo el nombre del chico ese al que debía hacer referencia. De la misma forma que hay gente que cree que esto lo hacen en todos los estadios en los que van, como decir en San Diego que los Chargers están mejor allí que en Los Angeles o hablar de Jerry Jones en Arlington, Texas. Sin duda, la gente que opina estas cosas es una cínica con un alma muy pequeña.
Yo, con el corazón aún emocionado, os dejo con la imagen que demuestra que los sentimientos de Mick sobre Marcus no sólo son sinceros, sino que indican que todos los Rolling Stones creen que los Titans van a hacer una gran campaña, con un recor de 8-8 y a un paso de los playoffs. O eso entiendo yo al menos, vaya.