Si es cierto aquello de que el roce hace el cariño, el Madrid y el Barcelona deben ser ya primos hermanos. A menudo coincidieron en las alturas, pero en los últimos cuatro años, desde que llegó Pablo Laso al banquillo blanco, el Clásico monopoliza todas las finales ligueras y seis de las ocho últimas de Copa y Supercopa.
En realidad, el Barça ha cambiado poco, sigue en la cima: novena final de Liga consecutiva y 19ª en un torneo ACB. La diferencia es que ahora choca con un Madrid fuerte y poderoso. Tan fuerte y tan poderoso que aspira al poker de títulos, a una temporada inmaculada, quizá la mejor de su historia. Solo dos veces antes ganó la Euroliga, la Liga y la Copa (añadan ahora la Supercopa). Fue en 1965 y en 1974, por lo que 41 años después va a la caza de otra Triple Corona en una final donde parte como favorito. Su triunfo se pagaba ayer en las casas de apuestas a 1,3 frente a 3,5 del éxito azulgrana.
Un Barça que hace doce meses también arrancó por detrás en los pronósticos y también sin el factor pista, pero que se llevó el trofeo a casa. En un ciclo en teoría favorable al Madrid, los de Pascual suman dos de las tres últimas Ligas. Ese teórico viento a favor de los blancos se aprecia en los duelos directos en todas las competiciones. En estas últimas cuatro campañas hemos visto 34 Clásicos con 19 triunfos del Madrid y 15 del Barça (4 a 2 en lo que va de curso), mientras que en las cuatro anteriores (2007-11)los azulgrana sumaron 16 victorias en 21 partidos. La diferencia se ve y se palpa. También el cansancio, en el que inciden los dos técnicos: “Estamos todos de acuerdo en que el calendario es muy largo, pero nada cambia”. Y añaden: “A ver si no afecta al espectáculo”.
La pasión puede con todo, aunque en lo físico será difícil ver al mejor Madrid y al mejor Barça. Como fue difícil ver a los mejores Warriors y a los mejores Cavaliers en la NBA. El Real lleva ya 75 encuentros (balance de 61-14) y puede alcanzar los 80, mientras que el Barça va por 64 (54-20).
Muchos nombres (los Sergios, Rudy, Reyes, Nocioni, Huertas, Navarro...), aunque el jugador con más peso en su equipo es Tomic. Promedia 16 puntos, 7,3 rebotes y 23,6 de valoración en los seis partidos de esta temporada ante sus excompañeros. En el playoff, sin embargo, le superan en lo numérico Llull (19 de valoración) y Satoransky (18,6), que se batirán junto al Chacho y Huertas en un duelo tremendo en la dirección. La 13ª final de Liga entre ambos romperá el empate a seis.