A velocidad y con destreza el mexicano Óscar Valdez se impuso en Carson, California, al ex monarca inglés Scott Quigg para mantener la corona mundial pluma de la Organización Mundial de Boxeo con una decisión unánime.
En una pelea en donde el europeo llegó con tres kilos de ventaja, respecto a Valdez, el mexicano se las ingenió para mantener a distancia a un rival que no dejó de buscar lastimarlo con potentes manos derechas al rostro, queriendo acabar antes del límite la pelea.
Con manos más rápidas y mostrando su superioridad boxística, Valdez Fierro se las arregló para boxearlo, contragolpearlo y así sacar una victoria que el público aplaudió de manera efusiva a pesar de que llovió muy fuerte durante gran parte de la función.
En el quinto episodio, un combo de Quigg logró conectar de lleno la mandíbula del mexicano provocando una hemorragia que más tarde se sabría dejó como saldo un par de piezas dentales perdidas y la posibilidad de la mandíbula rota, por lo que tras la victoria fue llevado al hospital más cercano.
A pesar de las circunstancias, Valdez se las ingenió para seguir boxeando al peleador que mostró superioridad en tamaño y distancia, pero que de poco le sirvieron comparado a la velocidad y ritmo que impuso el sonorense, quien mantuvo por cuarta ocasión la corona mundial.
"Sabía que sería una pelea dura. Su peso no fue tanto problema como pensaba. Estoy listo para cualquiera. Soy el campeón y podría pelear con cualquiera", declaró al final de la noche Valdez, quien con este triunfo mejoró su foja a 24-0 con 19 nocauts.
Quigg, quien debutó en América con esta derrota, dejó su récord profesional en 34-2-2, con 25 nocauts.