Oscar Valdez se graduó con honores al ganarle de manera contundente a Scott Quigg, sin embargo, le salió cara la victoria.
Quigg no hizo el peso reglamentario de 126 libra bajo las que se pactan las peleas de peso pluma. Oscar sin problemas dio el tonelaje.
Scott no. Así se perdió la oportunidad de pelear por el cinto pluma de la Organización Mundial de Boxeo de Valdez.
Marcó 128 libras. Al día siguiente no quiso pesarse. Hay quién dice que llegó en 140 libras. Eso le daba más potencia a su golpeo.
Pero Oscar se plantó como campeón y se le amarró a Scott frente a frente, al intercambio tupido.
Valdez tiene esa característica. Nunca se echa para atrás. Aun cuando está en desventaja. Así le pasó con Miguel Marriaga.
En momentos se arriesgó de más. Con Scott Quigg no fue diferente. A pesar de que el británico llevaba ventaja en peso.
En peso y en técnica es mejor Quigg que Marriaga. Por eso hubo preocupación a la hora de que Quigg pescó a Valdez.
Unos volados le sacudieron la cabeza al mexicano como en el quinto round. Ahí fue donde empezó el problema de la quijada de Valdez.
Con todo y todo el mexicano hizo prevalecer su técnica y estrategia de pelea a pesar del poder de puños de Quigg.
Salió derechito al hospital a que le revisaran la quijada y la mano, misma que también se lastimó.
En redes sociales, Oscar mencionó que con todo y la quijada y la mano dañadas, salió victorioso, congratulándose por su logro.
Ahora sólo basta esperar a ver cuánto tiempo estará fuera el campeón para recuperarse de sus heridas.
Además, habrá que ver qué tipo de pelea le agendan enseguida, pues el mexicano ha tenido peleas difíciles de las que ha salido sacudido, más en esta última, por lo que deberán buscar bajarle un poco las revoluciones en lo que se recupera para evitar arriesgarlo a peores lesiones o a reducir su vida como boxeador activo.
*Imágenes tomadas de Top Rank