Los invictos cubanos han caído como mosquitos. ¿El más reciente? Rances Barthelemy, quien perdió ante Kiryl Relikh.
El premio a obtener sería el cinto de peso superligero de la Asociación Mundial de Boxeo.
Kiryl Relikh ya le había tomado la medida a Rances Barthelemy de su primer encuentro. Así que dejó que el cubano actuara en primera instancia.
Barthelemy estuvo muy elusivo, soltaba un golpe y se echaba para atrás, con la guardia bien cerrada.
Brincaba cada vez que lograba conectar (o no) a Relikh.
Sin embargo, el bielorruso se comportó paciente, dejó que Barthelemy se sintiera cómodo en el ring para luego ir de menos a más.
Primero empezó por cerrar el espacio.
Barthelemy salía hacia atrás con varios brincos, mismos que Relikh supo achicar para cazarlo, acorralarlo y luego golpearlo.
Habrá qué decirlo, no fueron intercambios encarnizados ni brutales, pero sí lo suficientemente claros para darle la pauta del ataque a Relikh.
El bielorruso estaba a las vivas para no ser sorprendido, así que atacaba de entrada por salida para llegar con sus combinaciones y anotarse punto en las tarjetas.
Se le fue haciendo grande la pelea a Barthelemy porque seguía con la guardia cerrada. Cerrada y le entraba todo y no soltaba nada.
Así se le fue subiendo a las barbas Relikh.
Barthelemy no supo cómo sacarse de encima a Relikh, no supo defenderse ni atacar de manera adecuada para sacar el resultado que esperaba.
Relikh creció en la pelea, aprendió de sus errores del combate anterior y así pudo sacarle el resultado al cubano.
Kiryl Relikh es ahora el nuevo campeón superligero de la Asociación Mundial de Boxeo y vengó su derrota ante Barthelemy.
Rances Barthelemy se debe replantear la situación para poder hacer un boxeo que le dé mejores resultados y lo tenga de nuevo como campeón mundial.