Anabel “Avispa” Ortiz picó nuevamente a Deborah Rengifo, aunque la propia Ortiz reconoce que no fue la mejor pelea que ha hecho.
Y no fue su culpa.
La verdad su estilo y el de su rival no se complementaron para dar el espectáculo que se acostumbra ver de Anabel.
Pero es que es esta ocasión su rival se comportó un poco marrullera.
Hizo enganches que cortaban el ritmo que la “Avispa” Ortiz quería imponer en la pelea.
Además, Rengifo apostó por la distancia entre ella y Ortiz antes que quedarse a intercambiar.
Eso fue bueno para no recibir golpes, pero se complicó el método de ataque, pues a la hora de regresar se quedaba lejos.
Ante esto, la “Avispa” buscó cortarle las salidas para obligarla a pelear en corto, una distancia que le funciona mejor a la mexicana.
La mejor forma que encontró fue llevándola contra las cuerdas para hacerla que chocara y así sumar puntos y lastimarla.
En cada choque la pelea se ensuciaba porque Rengifo trataba de enganchar a Anabel. Lo hacía y provocaba jaloneo o pérdida de tiempo.
Así fue como trató de sacar a Ortiz de su estrategia de batalla para ver si podía madrugarla.
Lo hizo en dos ocasiones en que provocó el clinch, el réferi las separó y muy a la Mayweather se escudó tras el oficial para luego caerle con golpes a la “Avispa” Ortiz.
Pero ya no lo hizo más cuando Anabel le tomó la medida y entonces empezó a jugar su juego.
También enganchó y buscó maneras de que Rengifo perdiera la concentración, con la diferencia de que Ortiz sí pudo hacer fallar a Deborah y aprovechó los espacios para dar castigo a su antojo y entonces demostrar sólidamente quién era la mejor en el ring.
Tras 10 episodios de pelea, Ortiz se quedó con el resultado favorable de la contienda, de manera unánime.