Atletas mexicanas que probaron las mieles del éxito deportivo encontraron en la maternidad el motor para buscar nuevos triunfos en su carrera o para pasar a una nueva faceta en su vida.
Con motivo del Día de las Madres, recordamos a las mexicanas que con sudor, caídas y golpes, lograron ser grandes deportistas y madres.
Nancy Contreras
La ciclista mexicana, campeona de las pruebas de velocidad de la Copa Mundial de Ciclismo en 2001, multimedallista panamericana y abanderada nacional en los juegos de Atlanta 1996, se convirtió en madre en 2011, tras lo que se motivó para competir en los Panamericanos que se disputaron en Guadalajara ese mismo año.
Mariana "La Barbie" Juárez
Inició su carrera como boxeadora a los 18 años de edad, y con base en disciplina y esfuerzo ha logrado tener un lugar en la élite del boxeo femenil en México.
Los numerosos títulos obtenidos a lo largo de su carrera son gracias a un motor primordial, su hija Natasha, quien es la encargada de inyectarle la motivación que necesita cuando se sube al ring.
Lorena Ochoa
La golfista originaria de Guadalajara optó por dejar de lado sus éxitos personales para formar una familia.
Considerada en su momento la mejor golfista del mundo, Lorena dejó su carrera antes de los 30 años de edad, pues para ella integrar una familia era primordial; es madre de 3 niños.
Iridia Salazar
Ganadora de la medalla de bronce en Atenas 2004, la taekwondoín Iridia Salazar es madre de 2 niños: Dasha y Derek.
Tras el nacimiento de su primer hijo, la medallista olímpica optó por dejar la duela, ya que en su etapa como profesional se dedicó en cuerpo y alma a trascender en el deporte, y quiso entregarse de igual manera en su faceta de madre.
Paola Espinosa
La doble medallista olímpica aprovecha cada momento para estar cerca de su hija Ivana, por lo que hasta al gimnasio la acompaña para entrenar.
Asimismo, Espinosa aseguró que buscaría calificar a los Juegos Olímpicos con la ilusión de que su hija la vea pelear por una medalla.