Si Contador aceleraba, Quintana se ponía a su altura. Cuando Quintana se colocaba a su lado, Contador volvía a apretarle. Hasta seis veces lo probó el madrileño durante la subida a Bales, con respuestas inmediatas del colombiano. Contador, con su característico pedaleo fácil, miraba atrás cada vez que pegaba un nuevo arreón. Sin embargo, no soltó a Nairo. Donde le descolgó fue en el descenso. Mientras uno se tiró a tumba abierta, el otro frenó con más tiento en las curvas: "No merecía la pena jugársela". Así que un valiente Contador sacó 13 segundos a su rival, ganó la jornada reina en Bagneres de Luchon, se enfundó el maillot de líder de la Ruta del Sur y lanzó un aviso de cara al Tour. Al ganador del Giro se le ve fino, en buena forma, y el test ha demostrado que el descanso y la preparación posterior a las tres semanas italianas marchan por buen camino.
"Estoy contento, logré un buen triunfo y el cuerpo respondió bien al entrenamiento en competición, aunque las piernas se quejen", valoró el jefe del Tinkoff. Unas palabras similares a las de Quintana: "Me siento satisfecho, cuando Alberto me arrancaba le atrapaba con solvencia". Acostumbrados al hermetismo de los protagonistas, Nairo aseguró que Contador le ofreció vencer si pasaba al relevo: "Me dijo que me cedería la etapa si colaboraba. Yo le contesté que no iba a ayudar, ni tampoco a atacar. En la bajada arriesgó demasiado, no quise problemas". Contador lo confirmó: "Sí, se lo pedí para dejar atrás a Latour. Él se encontraba fuerte, pero cogí unos metros y continué hasta la meta". En Bagneres consiguió su tercera victoria de la temporada, después de Hazallanas, en Andalucía, y de la general del Giro. Este domingo cerrará también la clasificación de la carrera pirenaica.