El holandés Dylan Groenewegen (Jumbo) ganó al esprint la séptima etapa del Tour de Francia , disputada el viernes en 230 kilómetros entre Belfort y Chalon-sur-Saône, al término de la cual el italiano Giulio Ciccone (Trek), que se colocó líder de la general el jueves, mantuvo el maillot amarillo.
En la línea de meta de este viernes, Groenewegen superó al australiano Caleb Ewan (Lotto) y al eslovaco Peter Sagan (Bora), segundo y tercero respectivamente.
En la clasificación general no hubo cambios significativos y Ciccone mantiene seis segundos de ventaja sobre el anterior líder, el francés Julien Alaphilippe, mientras que el belga Dylan Teuns, ganador el jueves en la llegada en alto de La Planche des Belles-Filles, es tercero a 32 segundos.
Entre los favoritos, el primer clasificado de la general sigue siendo el británico Geraint Thomas, quinto a 49 segundos del maillot amarillo, seguido de su compañero colombiano del Ineos, el joven Egan Bernal, que es sexto de la general a 53 segundos de Ciccone.
El equipo Jumbo consiguió su tercera victoria en este Tour, después de las victorias del holandés Mike Teunissen en Bruselas y del italiano Elia Viviani en Nancy.
Fue necesaria la 'foto finish' para determinar que Groenewegen era el ganador de la etapa en vez de Caleb Ewan, con el que terminó muy igualado.
"Ha sido un final muy bonito, como siempre ocurre en el Tour de Francia", estimó Groenewegen.
El corredor holandés de 26 años, que en la etapa inaugural de esta edición en la capital belga había sufrido una caída, consigue la cuarta victoria de su carrera en el Tour. Ha ganado al menos una etapa en cada una de sus participaciones en la 'Grande Boucle' desde 2017.
El eslovaco Peter Sagan, que luce el maillot verde de la clasificación por puntos, pudo terminar tercero, imponiéndose en su caso al italiano Sonny Colbrelli.
El esquema habitual de las etapas llanas se respetó en esta jornada de transición, que llevó al pelotón desde el Franco Condado a la región de Borgoña.
Dos corredores, los franceses Yoan Offredo y Stéphane Rossetto, se escaparon pronto y estuvieron distanciados 218 kilómetros.
Fueron neutralizados a falta de 12 kilómetros para el final. Llegaron a tener una ventaja máxima de seis minutos.
El sábado, la octava etapa del Tour contará con un trazado de media montaña, en un recorrido de 200 kilómetros que unirá Mâcon con Saint-Etienne.
FUENTE: AFP
LA PREVIA
Prácticamente llana, la etapa servirá de transición entre la dura jornada con final en La Planche des Belles Filles y la etapa de media montaña que acabará en Saint-Etienne.
Los equipos de los pretendientes a la general dejarán el protagonismo a los de los llegadores, que si se cumple el guión habitual tolerarán una escapada hasta que se huela la sangre en el tramo final.
La primera parte de la jornada, con tres puertos de poca entidad, ofrece terreno adecuado para las fugas, pero a partir del kilómetro 119 el control por parte de los equipos de esprinters parece cómodo.
Hace dos meses, Giulio Ciccone no sabía ni siquiera que correría el Tour de Francia. Este viernes, cuando despierte en la habitación de su hotel en Belfort, en la falda de los Vosgos, tendrá el maillot amarillo de líder de la general a los pies de su cama.
"Es un cuento de hadas", aseguraba el ciclista del Trek, de 24 años, debutante en la ronda gala pero ya con un currículum nutrido en el Giro, en el que en la pasada edición ganó bajo un auténtico diluvio la etapa del Mortirolo y acabó con el jersey de rey de la montaña.
El mismo que se le escapó un año antes por el empuje imposible de Chris Froome, que no evitó que el corredor nacido en la región de Abruzzo y afincado en Lombardía se convirtiera, pese a su juventud, en un ídolo local.
En ello tiene mucho que ver su carácter desenfadado, risueño y bromista que le han convertido en un personaje en el pelotón. De su región aporta un apellido común, el mismo que la familia de la cantante Madonna (su verdadero nombre es Louise Veronica Ciccone), que el joven ciclista asegura conocer, porque allí, dice, todo el mundo se conoce.
"Yo soy una persona normal, me gusta mucho bromear hasta que me subo a la bicicleta, porque en el ciclismo soy muy competitivo", asegura el nuevo maillot amarillo del Tour.
De sus ojos inquietos se desprende un brillo especial, la emoción de quien ha recibido un premio que no se esperaba.
Ciccone había programado su temporada para brillar en el Giro y lo hizo con tanta intensidad que el equipo Trek le enroló en Tour para ponerse al servicio de su jefe de filas, el australiano Richie Porte.
"Para ayudar al líder y para aprender cómo es esta carrera", matiza el joven corredor que desvela ambiciones en el futuro.
Un futuro que tuvo que esperar, porque su temprana eclosión en 2016, cuando se convirtió en el tercer ciclista más joven en ganar una etapa en el Giro, se vio truncada por problemas físicos al año siguiente.
Los médicos le detectaron una insuficiencia cardiaca y su explosiva carrera estuvo a punto de saltar por los aíres. Pero fue sometido a dos operaciones de corazón que volvieron a permitirle latir por el deporte que le entusiasma.
Ciccone recuerda las batallas en el Tour entre el español Alberto Contador y el luxemburgués Andy Schleck, o las de su compatriota Vincenzo Nibali para ganar el Giro de Italia.
Pero, por su forma de correr, reconoce que admira de forma especial al español Joaquín "Purito" Rodríguez, con quien comparte desparpajo dentro y fuera del pelotón.
De momento, ha inscrito su nombre en el Tour. Por poco no sucede a dos compatriotas en el palmarés de La Planche des Belles Filles, donde se impusieron sus compatriotas Nibali y Fabio Aru.
El belga Dylan Teuns, otro debutante en el Tour, le aventajó en el tramo final y le privó de la victoria de etapa.
"Mi objetivo era ganar la etapa, no hacía cálculos para ser líder. Pensaba que los de detrás irían más rápidos. Pero Teuns ha sido más fuerte que yo", dijo el transalpino.
Ciccone sumó 14 segundos de bonificación, al cruzar en cabeza el penúltimo puerto y gracias a su segundo puesto en la etapa, lo que le permitió desbancar al francés Julien Alaphilippe del liderato.
"Cuando ha cruzado la meta me han dicho que sería segundo. Pero luego me han confirmado que era líder y he tenido una explosión de alegría que ha borrado la decepción de no haber ganado la etapa", agregó.
Tampoco se hace muchas ilusiones. Tratará de conservar el maillot amarillo en la etapa llana de este viernes. "Y luego volveré a mi trabajo de ponerme al servicio de Richie Porte", señaló.
FUENTE: EFE
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