Sólo veía el cielo. Y después una mancha roja debajo. Asustado, presagiando el peligro tras un choque que rompen cristales y piezas de carbono. Entonces saltó Fernando Alonso de su McLaren Honda para comprobar que su compañero se encontraba bien. Y ahí estaba Kimi Raikkonen quitando tranquilamente el volante de su Ferrari. Vuelta 1. El asturiano sale como suele con su coche negro y rojo, cinco puestos hasta situarse justo detrás del que fuera su compañero que también había adelantado alguna posición al principio. Pero al llegar las curvas Kimi, con problemas lógicos de calentamiento en las ruedas traseras, llevaba las más duras por los superblandos del resto, daba bandazos en la parte de atrás. Y cuando el español le iba a adelantar por la parte izquierda chocaron, finalmente los dos fuera de carrera y Alonso con su coche encima del Ferrari, con la cabeza del piloto antes conocido como Iceman a pocos centímetros del McLaren. Al bajarse, Fernando le dio la mano y esperó a que saliera. Lo volvió a hacer en mitad de las entrevistas con las televisiones. El asturiano deja a los medios con la pregunta por la mitad para preguntar al finlandés que le responde con un gesto de gratitud parecido a un gruñido. Así son las cosas.
Y así terminó un gran premio desastroso para el doble campeón español, probablemente el peor de su carrera o al menos con posibilidades de batalla en esa lista. Peor le fue a su equipo e realidad, porque poco después Jenson Button abandonaba por problemas en su unidad de potencia. Salían los dos últimos y no terminaron la carrera. Desastre. Caos. Tinieblas en la casa de Woking con el presidente de Honda saliendo del circuito a toda prisa con su maletín de cuero negro al confirmarse los abandonos. Negro. Veremos si después de los ensayos de esta semana pueden pasar al gris…
Lejos está el brillo de la estrella. Mercedes volvió a ganar. Todas las carreras este año, todas las poles. Todo de todo. Y fue Nico Rosberg que brilló en esta ocasión. Después de una gran salida en la que se puso por delante de Hamilton y después se defendió de los primeros ataques del británico impuso un ritmo frenético que le permitió ganar la carrera, además favorecido por una sanción de cinco segundos a su compañero por pisar la línea blanca en su salida de boxes. Todo iba bien. Y parecía mentira. Tanto que Berger, en las entrevistas del podio llamó Lewis a Nico y el germano le tuvo que sacar del error con una sonrisa de diablo. Pero pudo cambiar la cosa. Y es que de repente las sombras. El fantasma. Últimas vueltas, ventaja de ocho segundos que se quedan en cuatro para Nico. “El coche vibra, hay vibraciones” , decía el alemán por radio. Y Lewis acercándose. Pero al final el brillo alejó cualquier sombra y ganó Rosberg que se acerca en su misión imposible por el campeonato.
Al lado, en un circuito que lleva su nombre, podio para Felipe Massa con el Williams de motor Mercedes, feliz el brasileño que aguantó los ataques del Ferrari de Vettel en las últimas vueltas.
Quien no pudo aguantar una carrera repleta de problemas fue Carlos Sainz. Abandono para el madrileño después de que el motor Renault de su Toro Rosso acabara agotado. “No hay potencia”, decía el hijo del Matador. Y así no se puede. Antes había comenzado muy bien hasta ponerse noveno desde la decimotercera plaza, pero al entrar a boxes, error de su equipo y perdió tiempo y sanción de cinco segundos por sobrepasar la velocidad permitida en el pit lane. Salir decimocuarto y después abandonó. Acabó la carrera, decimocuarto Roberto Merhi, más experiencia para un campeón sin coche. Como Alonso, como Button. Están en la tiniebla más absoluta, quizá sea necesario para empezar a ver la luz, allá a lo lejos, muy a lo lejos…