En el verano de 2008, recuperó a Ricardo Oliveira del Zaragoza por nueve millones. Un año después lo vendió por quince al Al-Jazira de Emiratos. Desde entonces, ninguna compra bética resultó compensada con una venta mayor.
Tanto Juan Carlos Ollero como Eduardo Macià dejaron claro que las llegadas estarían condicionadas al escaso poder económico existente. Pero desde Oliveira ningún jugador dejó superávit. Gente como Jonathan Pereira (3,4) o Perquis (750.000) dijeron adiós sin traspaso. Matilla, que llegó por 1,35 millones, podría salir este verano; Agra sigue vinculado y costó 300.000 euros.
Los últimos mercados no sonrieron al Betis en su misión de lograr ingresos. El pasado curso, sólo se ingresó por Nosa Igiebor, pero su venta fue de 400.000 euros cuando había sido comprado por más de un millón.
La campaña anterior, sólo se ingresó por Beñat y Pozuelo, dos futbolistas que habían aparecido desde el filial verdiblanco. Un año antes, sólo una venta: Emana se marchó por 4,5 millones tras haber sido fichado por 7. El club quiere variar una dinámica para el olvido.