A poco más de un mes de cerrar su octavo año luchístico, ‘la pandilla’ recibe la oportunidad de medir sus alcances frente a elementos de probada calidad y cuya lealtad laboral está comprometida con la empresa más antigua de la lucha libre a nivel mundial. Este jueves 26 de noviembre la prueba final llega a DTU en amalgama con elementos del CMLL.
Luchadores de la seria y estable formarán parte de un evento integral de lucha libre en el que salta a la vista que no aparecerán sólo dos o tres elementos, mucho menos que combatirán entre ellos. Se trata de probar la valía de cada división de DTU (Consagrados, Alto Impacto, Extremos, Nexo, Suicidas) con la más que comprobada experiencia de la que este año cumplió 82 años de historia.
¿El compromiso es fuerte? Sí, porque no se trata de un reto, ni de medir fuerzas; mucho menos de una ‘invasión’. No, se trata probarse individual y colectivamente que ocho años de trabajo constante no han pasado en vano y que el modelo de competencia de DTU es un camino viable en el plan de carrera de los nuevos talentos.
Este año la vetusta Arena Afición se ha convertido en el bastión del Desastre Total logrando cinco eventos con buenas entradas y catapultando a sus avecindados a sitios estelares. Pero la historia de este recinto es tan longeva como la lucha misma. Basta recordar que en el verano de 1985, un joven preliminarista Blue Panther cubrió el lugar de un lesionado Gran Hamada frente a Súper Astro. La lucha causó un revuelo tal quen don Francisco Flores promovió al joven en la cueva de los independientes. ¿Quién sabe? Tal vez treinta años después veamos otro gran revuelo.